El regreso de José Escobar ‘El Churre’ a las tarimas de competición profesional este domingo 24 de agosto en Lima no fue solo una presentación: fue una afirmación. A sus más de 50 años, José no solo volvió, sino que lo hizo por todo lo alto, mostrando una corporalidad que desafía el tiempo, el clima y los prejuicios.
Su simetría impecable,
volumen controlado y definición muscular profunda no son producto
de suerte ni genética
privilegiada. Son el resultado de años de disciplina,
entrenamiento
consciente y una voluntad
que no se quiebra. José no compite contra otros: compite contra el olvido,
contra la idea de que después de cierta edad el cuerpo debe
esconderse.
Este regreso es un
mensaje claro para toda la comunidad hispana: el desarrollo
físico no tiene fecha de caducidad. No importa si tienes 30, 40 o 60
años. Lo que importa es la decisión de tomar el control de tu cuerpo, de
entrenarlo, de cuidarlo, de afirmarlo.
José Escobar no solo es un atleta. Es un símbolo. Un
referente. Un cuerpo que narra lo que muchos callan: que el músculo
también puede ser memoria, dignidad y resistencia.
“No volví para mostrarme. Volví para recordar que aún estoy aquí.” —José Escobar
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