miércoles, 17 de mayo de 2017
¿A quién quieres parecerte?
Están en las revistas o la web, o en tu mente o justo en tu espejo: ¿Qué es mejor?
Por ChulucanasGym
Cuando se comienza a entrenar una disciplina, como el fisicoculturismo o el fitness para poner un ejemplo, es inevitable que busquemos un reflejo o referente que se convierta en nuestra meta de desarrollo deportivo.
"Me gustaría parecerme a..." es una respuesta usual entre los novatos y las novatas, quienes en muchos casos terminan investigando la vida de esos y esas referentes al punto de concretar ese deseo.
¿Ésta es una actitud positiva? Depende; así que analizemos los tres posibles escenarios en cuanto a referentes: modelos, arquetipos y egófilos.
Los modelos, por definición, son todos y todas referentes que han llegado a desarrollarse al punto que su nombre y su imagen están fuertemente asociadas y posicionadas en la disciplina que practicamos. Muchas veces están sujetos a la dictadura de la moda; así, el modelo que hace cuarenta años era la idolatría de muchas personas probablemente se le haya reemplazado por otro conforme ha pasado cada década o cada rango de tiempo.
Lo positivo: En la medida que se le asuma como un mentor o una mentora, es decir, alguien cuyo buen ejemplo es digno de imitar.
Lo negativo: Creer que todo lo que le funcionó me va a funcionar también, cuando lo primero que debemos tener en mente es que ningún organismo es igual a otro, incluso si existe una fuerte influencia genética.
Los arquetipos son las ideas positivas que nos hacemos de algo o alguien y que suman un conjunto de características específicas o muy específicas sobre lo que consideramos perfecto. No necesariamente responden a un nombre, sino que resultan de nuestro propio conocimiento y que se refleja en diseñar nuestra propia idealización. Dicho de otro modo, es como un o una modelo con cuerpo pero sin una cara en especial, tampoco un nombre en particular. No es un "quiero ser como..." sino un "quiero ser...". en algunos casos, los arquetípicos podrían parecerse unos doctores Frankenstein tomando un brazo de acá, una pierna de allá, un torso de más allá, al extremo de concebir al cuerpo humano como un conjunto de fichas intercambiables.
Lo positivo: No hay una obsesión por seguir a alguien puntual, sino que termina siendo una suma de todo para crear alguien muy distinto, que no existe, pero que se convierte en nuestra meta.
Lo negativo: que nuestro arquetipo exceda tanto nuestras expectativas que se convierta en una obsesión inalcanzable, al punto de que genere cierto sentimiento de culpa o frustración.
Los egófilos no miran a nadie ni piensan en un ideal; solo avanzan tanto como pueden y su desarrollo actual constituye su meta final o parcial. Es difícil precisar si ésto es un síntoma de mucha vanidad, de mucho autoestima o un raro híbrido entre ambas; pero no están pendientes de nadie ni de nada como referentes: ellos y ellas son su propio modelo y arquetipo.
Lo positivo: Puede que sean más realistas a la hora de fijarse metas sin caer en la obsesión compulsiva de parecerse a alguien más o a algo superior.
Lo negativo: podrían caer fácilmente en el conformismo, al extremo de no establecerse metas siquiera; solo entrenar a lo que venga.
El consejo para instructores y alumnos es que se tomen el tiempo para hablar de forma personal acerca de las metas deportivas de cada quien. El instructor debe tener mucho cuidado de no crear un prospecto que se obsesione, se frustre, sienta culpa o se conforme con facilidad. El alumno debe tener en cuenta que el entrenamiento debe tener dos aspectos: disciplina y amenidad; si tu actividad deportiva es otra causa de estrés, entonces no está cumpliendo con su meta de ser un estilo de vida saludable.
Autoconocerme sabiendo cuáles son mis ventajas y limitaciones, y saberlas trabajar a mi favor, podría ser el punto de partida para todo. Luego, elegir un modelo, diseñar un arquetipo o ser un egófilo será una decisión muy personal basada en la razón antes que en la emoción.
Who do you wanna look like?
They're on the magazines or the web, on your mind, or just on your mirror - what's better?
By ChulucanasGym
When you begin to train into a discipline, as bodybuilding or fitness to have an example, is unavoidable we look for a reflex or a referent turning in our sport achievement's goal.
"I'd look like..." is an usual answer among rookies, who usually become researching the life of those referents in many cases, as much as they turn that wish for real.
Is this a possitive attitude? It depends, so let's analyse the three possible scenarios about referents: models, archetypes or self-lovers.
The models, by definition, are all referents who became to achieve as much as their names and images are strongly linked and placed into the discipline we practice. Many times, they are part of a fashion vogue, so the model who was the masses idolatry 40 years ago probably has been replaced by a another one as each decade or each time range has passed on.
The possitive: As assummed as a mentor, someone which good example is good to imitate in other words.
The negative: Believing that everything working for that one will work for me too, when the first we have to have in mind is any organism is similar to another one, even having a strong genetic influence.
The archetypes are the possitive ideas we have about someone or something, adding a set of specific or very specific characteristics about we consider as perfect. They don't ask about a brand necessarily but our own aknowledgement and what is reflected in designing our own idealization. Said another way, it's like having a model with a body but without a face in special, a name in particular neither. It's not a "I'd like to be..." but "I want to be...". In some cases, archetypers could look like some Dr. Frankenstein taking an arm here, a leg there, a torso beyond, so conceiving the human body as a set of exchangeable pieces in extreme.
The possitive: There's not an obsession to follow someone punctual but it becomes an addition of everything for creating someone quite different, inexistent, but turning into our best goal.
The negative: our archetype exceeding so much our expectations that turns into an unreachable obsession as much as it creates a guilt or frustration feeling.
The self-lovers don't see anybody else, think of an ideal neither, only go ahead as much as they can and their actual achievement is their partial or final goal, indeed. It's hard to assure if this is a symptom of much vanity, much self-esteem, or a rare hybrid of both, but they are not paying attention about anyone nor anything as a referent. They are their own model and archetype as well.
The possitive: It's possible they're more realistic when setting a goal not falling into the obsessive compulsion of being like somebody else.
The negative: They could fall easily into conformism as much as they don't set goals neither, only training for what comes on.
The advice for trainers and trainees is having the time to talk personally about their each one's sport tasks. The trainer must be much careful about not creating a profile who gets easily obsessed, frustrated, guilty or comformist. The trainee has to have in mind that training must have two aspects: discipline and amusement. If your sport activity is another cause of stress, then it is not becoming a healthy lifestyle.
Learning about myself knowing what my advantages and limitations are, knowing to work them in my favor could be the starting point for everything. Then, choosing a model, designing an archetype or being a self-lover will be a very personal decision based upon reason instead of emotion.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)