lunes, 22 de abril de 2019

Should You Have A Massage?



George  has finished his training routine for today. He had legs, and squads concentrated a big part of his time. While he warms down a Little before taking a shower, he notices there is some corner  in the back part of his waist, the lower back to be more specific. And this is not the first time ever, apparently.


He comments it to his trainer, who does a quick exam and notices the muscle is evidently resented. “You should check it up with a specialist, although you should treat the pain with a masseur,”  he advices. While George walks on the gym’s showers, his trainer reviews other similar cases. It seems the waist pains  were a common illness among his pupils. Maybe, he is not so far away the truth.


Many trainers we have talked to, coincide in this type of injury – the lower back’s. And in some cases, they add knees’, independently if it’s about a power or resistance training or the mixed ones as functional training. The causes could be a bad pose, a wrong movement, or the excessive weight in power trainings. It could be the George’s case, maybe. But what about the advice of having a massage?


JonatanChero is a Piura, Peru-based masseur and has a clear answer about: “yes, depending on the case.”  When somebody works out, especially heavy, trends to break the muscular fibers at mycroscopic scale. In compensation, the body segregates lactic acid and repairs the mycro-injuries. And if proteins were consumed, those go to be part of the new tissue. That is in brief the principle of muscular reparation and the building of new muscular fibers.


But, how does a massage help? It can be very effective to calm the effects of the intense exercise because it has the ability of decreasing the muscular spasms, relieving the muscular pain, and accelerating the recuperation process. “It removes the accumulating liquids to cause inflamation, helps the blood circulation, and shifts the reparation of muscular fiber,” Chero adds, who warns it doesn’t ever work in all the cases.


“We have to see the injury degree that the patient has,” he clarifies. “When it is much severe, it is not recommendable.” That means, when there are too much broken fibers. “That can be verifiable by the swelling level, and over all by the pain and the movement ability the patient has.”


Chero also discards the prejudge that a massage can increase the muscular mass.  It is only a very punctual therapy that, instead, reduces the muscular fatigue, what means a minor recuperation time between training routines, that favors a better performance during them.


When  To Have A Massage?
For bodybuilders and athletes in general, the massage is a very usual activity as the training routine, the feeding, or the rest time, and there are two moments its application must be considered: just finished the training session, in a preventive way, and when there is an evident injury, in a therapeutic way.


In the first case, do your training routine as you accostum. Once finished, warm down about 5 to 10 minutes, go to take a refreshing and relaxing shower, and just when you get dry, put yourself under the masseur’s hands. Usually, a session lasts from 15 to 20 minutes, although it is relative according to your needs. In the preventive procedure, the key is letting not to spend the time but doing one activity after another.


The therapeutic procedure does have another timing. “It’s never good to have massage just the injury is evidenced,” Jonatan Chero warns. “The best is letting to spend some hours; for example, if you injure at night, attend the next morning; if it happens in the morning, go in the afternoon; if in the afternoon, have the massage at night.” In this specific case, it’s better a specialist exams you before the massage, as a traumatologist or similar, and proceed only if he prescribes it to you.


Finally, Jonatan Chero shares us some key tips regarding the massage sessions, those can be useful for you.


Before the massage:
  • Preferently schedule your date when you are completely free, maybe at the end of your day, or don’t accumulate many activities one after another for the next couple of hours.
  • Think deeply about it will be good for you.
  • Attend after take a meticulous bath.
  • Turn off your cellphone or turn it silent. Avoid the technology to distract you.



During the massage:
  • Relax, breathe deeply. Get disconnected from your problems.
  • Trust in the therapist, only provided his experience is certified.
  • Let get involved by the sensations that the experience produces in you. It’s part of the therapy.



After the massage:
  • Have a time to rest deeply.
  • Avoid the episode that produces you stress or injury.



Don’t forget to share your experience giving or having a massage at chulucanasgym@gmail.com, or on our Twitter account, or leaving a message just right below.


Jorge Ramírez has been the model of this post. Photos distributed by FACTORTIERRA.NET

¿Deberías practicarte un masaje?



Jorge ha terminado su rutina de entrenamiento por hoy. Le ha tocado piernas y las sentadillas concentraron gran parte de su tiempo. Mientras se enfría un poco antes de tomar una ducha, nota que hay cierto hincón en la parte posterior de su cintura, en la zona lumbar para ser más preciso. Y aparentemente no es la primera vez.


Se lo comenta a su instructor quien hace un examen rápido y nota que el músculo está evidentemente resentido. “Deberías examinarte con un especialista, aunque el dolor podrías tratártelo con un masajista”, le aconseja. Mientras Jorge camina hacia las duchas del gimnasio, su instructor repasa otros casos similares. Pareciera que los dolores de cintura fueran una dolencia común entre sus alumnos. Quizás no esté lejos de la verdad.


Varios instructores con quienes hemos conversado  coinciden en este tipo de lesión, la de la zona lumbar, y en algunos casos le agregan la de rodillas, independientemente de si se trata de un entrenamiento de potencia o resistencia o los combinados como el entrenamiento funcional. Las causas podrían ser una mala postura, un movimiento mal ejecutado, o el exceso de peso en los entrenamientos de potencia. Quizás ése sea el caso de Jorge. ¿Pero qué hay sobre el consejo de practicarse un masaje? ¿Funcionaría?


Jonatan Chero es un masajista en la ciudad de Castilla, Piura, y tiene una respuesta clara al respecto: “Sí, dependiendo del caso”. Cuando uno entrena, especialmente con fuerza, tiende a romper las fibras musculares a niveles microscópicos. En compensación, el cuerpo segrega ácido láctico y repara las microlesiones; y si se han consumido proteínas, éstas pasan a ser parte del nuevo tejido. Ése es, de modo resumido, el principio de la reparación muscular y la construcción de nuevas fibras musculares.


¿Pero cómo ayuda un masaje? Puede ser muy eficaz para calmar los efectos del ejercicio intenso ya que tiene la capacidad de reducir los espasmos musculares, aliviar el dolor
muscular y acelerar el proceso de recuperación. “Remueve los líquidos que se acumulan y causan la inflamación, ayuda a la circulación y fomenta la reparación de la fibra muscular”, añade Chero, quien advierte que no siempre funciona en todos los casos.


“Hay que ver el grado de lesión que tenga el paciente”, aclara. “Cuando es muy severo, no es recomendable”; esto es, cuando hay demasiadas fibras rotas. “Eso se puede verificar por el nivel de la hinchazón y sobre todo por el dolor y capacidad de movimiento que tiene el paciente”.


Chero también descarta el prejuicio de que un masaje permita incrementar la masa muscular; solo es una terapia muy puntual que, en todo caso, reduce la fatiga muscular, lo que significa un menor tiempo de recuperación entre rutinas de entrenamiento que favorece un mejor desempeño durante ellas.


¿Cuándo aplicarte un masaje?
Para fisicoculturistas y atletas en general, el masaje  es una práctica tan usual como la rutina de entrenamiento, la alimentación o el descanso, y son dos los momentos en que se debe considerar su aplicación: de modo preventivo apenas termine la sesión de entrenamiento; de modo terapéutico cuando exista una lesión evidente.


en el primer caso, haz tu rutina de entrenamiento como acostumbras. Una vez finalizada, enfríate por unos cinco a diez minutos, ve a tomar una ducha que te refresque y relaje, y apenas estés seco, ponte en manos del masajista. Usualmente una sesión dura entre 15 a 20 minutos, aunque es relativo de acuerdo con tus necesidades. En el procedimiento preventivo la clave es no dejar pasar el tiempo, sino hacer una actividad después de la otra.


El procedimiento terapéutico sí tiene otro manejo de los tiempos. “Nunca es bueno hacer un masaje apenas se evidencie la lesión”, advierte Jonatan Chero. “Lo mejor es dejar pasar unas cuantas horas; por ejemplo, si te lesionas por la noche, acude la mañana siguiente; si es por la mañana, ve por la tarde; si es por la tarde, practícate el masaje por la noche”. En este caso específico, lo mejor es que antes del masaje te revise un especialista, como un médico traumatólogo o similar, y proceder solo si te lo prescribe.


Finalmente, Jonatan Chero comparte con nosotros algunos consejos clave respecto a las sesiones de masaje que pueden serte útiles.


Antes del masaje:
  • Preferentemente programa tu cita para cuando estés completamente libre, quizás al final de tu día, o no te acumules muchas actividades sucesivas por un par de horas.
  • Mentalízate en que será bueno para ti.
  • Acude después de bañarte meticulosamente.
  • Apaga tu celular o ponlo en silencio. Evita que la tecnología te distraiga.



Durante el masaje:
  • Relájate, respira profundo. Desconéctate de tus problemas.
  • Confía en el terapista, siempre que su experiencia esté comprobada.
  • Déjate envolver por las sensaciones que te produce la experiencia: es parte de la terapia.



Después del masaje:
  • Date un tiempo para descansar profundamente.
  • Evita el episodio que te produzca tensión o lesión.



Como siempre, cuéntanos tu experiencia dando o recibiendo masajes a nuestro correo electrónico chulucanasgym@gmail.com, o a nuestra cuenta de Twitter, o deja un comentario a continuación.


Jorge Ramírez ha sido el modelo de este artículo. Fotos distribuídas por FACTORTIERRA.NET

viernes, 12 de abril de 2019

Outdoor Training



Much more before  there were the classic gymnasiums, the Hellenic predecessors of the actual facilities, the way how the people kept fit was outdoor. If it’s true the Greek Classic Culture was the one that printed a lot  those activities through its art, there is evidence that every ancient world’s culture had training sessions mainly addressed to war exercises, all them made in the open.


As the time has been going on, the conception of the physical training has been getting close into the gymnasiums as we know them more than 3000 years ago, and only some specific activities have been left to work out outdoor, especially the ones referred to adapt to the natural landscape, as adventure sports. However, the effort to look for a major contact with Nature is motivating the people to depend less on indoor and to rediscover  the advantages of doing it not depending on the limitations of four walls and a roof.


As the environmental quality is guaranteed, one of these main benefits is to oxygenate with pure or mostly pure air. Another of those advantages is improving the mood much more evident compared to indoor only provided the landscape is cared or if it still conserves itsinitial natural setup. That’s why many outdoor training activists, our partner Ronald Benites among them, have demanded the authorities to have more green spaces inside the cities and to conserve the areas as the forests, beaches, wetlands, or any space where the human action has created few or none impact.


Over this basis, the outdoor training activity chances are wide, from calisthenics  to  major physical exigency sports. You choose the one you like a lot because whatever will come OK, the issue is you put in activity, so we have you some very useful tips for it.




1. Check Out The Weather Conditions
There’s no more disappointment than to schedule a day for beginning your training sessions and a heavy rain just starts to fall. It’s not about the heaven sending you any kind of message, it’s about you forgot to check out the weather conditions for the zone where you’re going to work out. Then, the solution is such simple as paying attention to the forecast on your favorite TV or radio station, or newspaper. Also remember today there are services offering you a high level of accuracy those allow to know the weather forecast and check it out real-time, that you can have it as an app on your smartphone, even.


2. Protect From Solar Radiation
Even in cloudy days, remember that having long time outdoor means to be exposed to B-type ultraviolet rays (UVB), unlike their A-type brothers (UVA), those can cause skin burning or cancer, or cataracts in the eyes (we will see which protection on the next point). Then, use a sunscreen that allow you to isolate them while you are out there. Remember the medical consensus is to use that with a 40-to-up sun protection factor (SPF). However, ask your reliable doctor or dermatologist about  wwhich one is the most adequate for your skin type. Also remember the sweat removes the sunscreen, so it’s necessary you to retouch it as suggested, one to two hours in general.


3. Choose The Right Outfit
One thing is working out indoor, where you can work out even naked, but another very different is doing it outdoor where you have to face different elements as solar rays, the wind, the temperature, the humidity, and inclusive the insects. Lookfor  and wear the clothes that guarantee you two things at the same time: protection before those elements, and flexibility for doing your movement in a free and natural way. Also choose the sportshoes those allow you to anchor very well  to the soil (or whatever you have to get your feet on), and that results easy to handle. If you work out during the daylight, wear a hat or a cap according to the circumstance and protect your eyes  with special sunglasses those filter UVB rays, those don’t go flying at the first abrupt movement. Get advice  with your trainer, in a serious sport store, and with other people those also work out outdoor.

[READ ALSO: Mask For The Muscle]



4. Never Forget The Medical Kit
If we didn’t advice it before is because we suppose your gym has an accessible one, but when you’re not in a facility of that type, or you’re totally alone at worst, and you have an eventuality as a contusion or any kind of accident, who and how helps you? That’s why it’s worthy to invest in a kit containing band aids, alcohol in gel, iodium, cotton, gauze, sticking plaster, some cream against bites, and even your sunscreen. It’s a good idea your kit box to have a card  wit your name and your phone numbers in emergency case - nobody never knows. Oh, and never it’s useless to know about first aid.


5. Have A Specialized Monitor
As much as the difficulty and the risk of the physical activity you do is major, the ideal would be it has the supervision and the guidance of a person who is paying you attention constantly, who knows how to act if any type of eventuality happens. If you work out in group, it would be fine that one of you to be someone having most experience for becoming that monitor. Remember that one thing is the gym, where you are just a couple of feet away, but another very different is out there where you could be inclusive a couple of hours away.  So listen carefully to your monitor, follow up the recommendations literally. The idea is you to come back to work out, not you to go just once and being forced not to come back for a long time or not coming back never again.


6. Hydrate
Yes, it’s obvious, but it’s necessary to remind it for the same reason than the previous tips. If you are at the gym, you only got to go to the water dispenser or buy a bottle with water, but out there, especially if you are far from the city, the better is you go well-supplied with enough water for hydrating before, during, and especially after  your training session. The same thing if you are accostumed to drink re-hydratant beverages, those only you have to consume after your training session for replacing salt and carbohydrates, not before. Find out more related information here.





7. Leave Clean The Space
It doesn’t matter  if you’re the only person who works out there, and much more reason if it’s about a collective space, avoid to leave trash although that’s not yours, especially if that could harm someone else. Working out outdoor implies a big commitment with the environment, so the hygiene would be a logical and consistent attitude. In consequence, not polluting (anyway) and educating the others through your example not for doing it  will be another of your responsibilities.

8. Create A Community
Although someone will prefer to isolate physically from the rest for a better training, our suggestion is you to try connecting other people like you doing certain outdoor sport or discipline around your region, your country or the world for interchanging experiences, warning for any cause, or even seeing the chance to visit each other for sharing the experience by promoting a kind of sport tourism. The social media are currently the means for commiting that task effectively and efficiently. Use them responsibly.


9. Share Your Experience
If you are who think your relatives, friends or contacts deserve to share the same satisfaction you get when you work out outdoor, try to write something and post it on your social media where you tell how you had, describe the place, and motivate the people to go with you or by themselves. If you want, share your experience with our crew on our Twitter account, by writing us at chulucanasgym@gmail.com, or leaving some message right below. We’ll enjoy to read you!

The photos on this post were provided (from the top to below) by César Campos, Ronald Benites, Pedro Changanaquí, and Félix Oviedo.

Entrenamiento al aire libre



Mucho antes de que existieran los gimnasios clásicos, los predecesores helénicos de los establecimientos actuales, la forma cómo las personas se ponían en forma era a la intemperie. Si bien es cierto la cultura griega clásica fue la que más plasmó esas actividades a través de su arte, existe evidencia de que todas las culturas del mundo antiguo destinaban sesiones de entrenamiento orientados principalmente a los ejercicios de guerra, todos hechos a campo abierto.


Conforme ha pasado el tiempo, la concepción del entrenamiento físico se ha ido encerrando en los gimnasios como los conocemos hace más de tres mil años y solo algunas actividades puntuales se han dejado para entrenarse al aire libre, especialmente las que se refieren a adaptarse al relieve natural, como el deporte de aventura. Sin embargo, el afán de buscar un mayor contacto con la Naturaleza está motivando a que la gente dependa menos de los espacios cerrados y redescubra las ventajas de hacerlo sin depender del límite de unas cuatro paredes y un techo.


En la medida en que la calidad ambiental esté garantizada, uno de esos principales beneficios es oxigenarse con aire puro o mayormente puro. Otra de esas ventajas es una mejora mucho más evidente del estado de ánimo respecto a los espacios cerrados, siempre que el paisaje esté cuidado o si éste aún conserva su configuración natural inicial. Por eso, varios activistas del entrenamiento al aire libre, entre ellos nuestro compañeroRonald Benites, han exigido a las autoridades que se destinenn más espacios verdes dentro de las ciudades y se conserven las áreas como los bosques, playas, humedales, o cualquier espacio donde la acción humana haya creado poco o ningún impacto.


Sobre esta base, la posibilidad de actividades de entrenamiento al aire libre es muy amplia, desde la calistenia hasta deportes de mayor exigencia física. Tú elige el que más te guste porque cualquiera vendrá bien. El tema es que te pongas en actividad, y para ello tenemos algunos consejos que podrán serte de mucha utilidad.





1. Verifica las condiciones del tiempo
No hay peor chasco que fijar un día para iniciar tus jornadas de entrenamiento y justo cae una lluvia fuerte. No es que el cielo te esté enviando algún tipo de mensaje; es que olvidaste revisar las condiciones del tiempo para la zona donde vas a entrenar. Entonces, la solución es tan simple como consultar el pronóstico mediante la estación de radio o televisión, o periódico de tu preferencia. Recuerda también que ahora existen servicios con alto nivel de precisión que te permiten no solo conocer el pronóstico del tiempo sino verificarlo en tiempo real, y que puedes tenerlo como una aplicación en tu teléfono inteligente, incluso.


2. Protégete de la radiación solar
Incluso en días nublados, recuerda que pasar largo tiempo a la intemperie significa estar expuesto a los rayos ultravioleta tipo B (UVB), que a diferencia de sus hermanos, los tipo A (UVA), pueden causar quemaduras y hasta cáncer de piel o cataratas en los ojos (cuya protección veremos en el siguiente punto); por lo tanto, usa un bloqueador que te permita aislarlos mientras estás allá afuera. Recuerda que el consenso médico es usar aquéllos con factor de protección solar (FPS) 40 o superior; sin embargo, consulta a tu médico o dermatólogo de confianza cuál es el más adecuado para tu tipo de piel. Recuerda también que el sudor remueve el bloqueador, así que es necesario que te lo repases según se indica, por lo general cada una a dos horas.


3. Elige la ropa adecuada
Una cosa es entrenar en espacios cerrados, donde hasta puedes entrenar desnudo, pero otra muy distinta es hacerlo al aire libre donde tienes que enfrentarte a diferentes elementos como los rayos solares, el viento, la temperatura, la humedad y hasta los insectos. Busca y usa la ropa que te garantice dos cosas al mismo tiempo: protección contra esos elementos y flexibilidad para poder hacer tus movimientos de forma libre y natural. También elige un calzado que te permita un buen agarre al suelo (o a donde tengas que posar tus pies) y que te resulte fácil de manejar. Si entrenas durante el día, usa una gorra o sombrero según la circunstancia y protege tus ojos con lentes especiales que filtren los rayos UVB y que no salgan volando al primer movimiento brusco. Asesórate con tu entrenador, en una tienda deportiva seria y con otras personas que también entrenan al aire libre.


[LEE TAMBIÉN: Máscara para el músculo]



4. Nunca olvides el botiqquín médico
Si no te lo aconsejamos antes es porque suponemos que tu gimnasio tiene uno a mano, pero cuando no estás en una instalación de ese tipo, o si peor aún estás por tu cuenta, y tienes alguna eventualidad como un golpe o cualquier tipo de accidente, ¿quién y cómo te auxilia? Es por ello que vale la pena invertir en un botiquín que contenga banditas autoadhesivas (curitas o tiritas), alcohol en gel, yodo, algodón, gasa, esparadrapo, alguna crema contra picaduras, y hasta tu bloqueador. No sería mala idea que tu botiquín tenga una tarjeta con tu nombre y tus teléfonos en caso de emergencia. Uno nunca sabe. Ah, y nunca está de más tener conocimientos en primeros auxilios.


5. Procura la presencia de un monitor especializado
Cuanta mayor es la dificultad y el riesgo de la actividad física que practicas, lo ideal sería que esté supervisada y guiada por una persona que esté pendiente de ti en forma constante, y que sepa cómo actuar si ocurriera cualquier tipo de eventualidad. Si entrenas en grupo, sería bueno que uno de los integrantes sea alguien que tiene mayor experiencia para que haga las veces de ese monitor. Recuerda que una cosa es el gimnasio, donde estás a solo unos pasos de distancia, pero otra muy distinta es allá afuera donde podrías estar incluso a un par de horas de distancia. Así que escucha atentamente a tu monitor y sigue sus recomendaciones al pie de la letra: la idea es que regreses a entrenar, no que vayas una sola vez y te veas forzado a no regresar por largo tiempo o no regresar jamás.


6. Hidrátate
Sí, es obvio, pero es necesario recordarlo por la misma razón de los consejos anteriores. Si estás en el gimnasio, basta que vayas al dispensador o compres una botella con agua; pero allá afuera, especialmente si estás alejado de concentraciones urbanas, lo mejor es que vayas bien provisto de agua suficiente para irte hidratando antes, durante y especialmente después de tu sesión de entrenamiento. Igual si acostumbras tomar bebidas rehidratantes, las que solo debes consumir después de tu sesión de entrenamiento para reponer sales y carbohidratos, no antes. Encuentra másinformación al respecto aquí.





7. Deja el espacio limpio
No importa si eres la única persona que entrena ahí, y con mucha mayor razón si se trata de un espacio colectivo, evita dejar basura aunque no sea tuya, especialmente si ésta pudiera hacerle daño a otras personas. Entrenar al aire libre implica un gran compromiso con el medio ambiente, así que la higiene sería una actitud lógica y consistente. En consecuencia, no contaminar (de ninguna manera) y educar para que otros no lo hagan mediante tu ejemplo será otra de tus responsabilidades.


8. Crea una comunidad
Aunque algunos preferirán aislarse del resto físicamente para entrenar mejor, nuestra sugerencia es que trates de conectarte con otras personas que como tú practican cierto deporte o disciplina al aire libre alrededor de tu región, tu país o alrededor del mundo para intercambiar experiencias, alertarse por cualquier motivo, o hasta incluso ver la posibilidad de visitarse mutuamente para compartir la experiencia promoviendo una especie de turismo deportivo. Las redes sociales son los vehículos que, en la actualidad, permiten cumplir con este objetivo de forma eficaz y eficiente. Úsalas con responsabilidad.


9. Comparte tu experiencia
Si eres de quien piensa que tus familiares, amigos o conocidos merecen compartir la misma satisfacción que tú tienes cuando entrenas al aire libre, trata de escribir algo y ponerlo en tus redes sociales donde narres cómo la pasaste, describas el lugar y animes a las personas a que vayan contigo o por su cuenta. Si lo deseas, comparte tu experiencia con nuestro equipo mediante nuestra cuenta de Twitter, escribiendo a chulucanasgym@gmail.com o dejando algún mensaje aquí abajo. ¡Nos encantará leerte!


Las fotografías aquí mostradas han sido proporcionadas (de arriba a abajo) por César Campos, Ronald Benites, Pedro Changanaquí y Félix Oviedo.

jueves, 4 de abril de 2019

Do I Tell My Trainer I Have A Pre-Existent Health Condition?


Oscar is 33 years old and works out regularily at the gym, although leaving it for periods due to his work charge. However, he has become a cardio-fan –especially spinning- and he rarely did barbells and apparel.

However, after his last break, he has got back and his trainer put him straight to work out apparel and barbells not considering first the little overweight he was. A month and a half after re-starting his training, Oscar feels he can’t complete the whole routine, he tires very fast, and although he noticed it to his trainer, this one seems not to care about and repeats Oscar he is going to accostum eventually.

Oscar’s family has a diabetes record, a health condition that consists in the increase of glucose levels (sugar) in blood. We know from our experience working out that the glucose provides us the energy we are going to use during our routines and our daily life, and it is usually regulated by the hormone called insulin. So, a person with diabetes is not capable to produce insulin for creating this reaction, so if the glucose levels are not controlled, the person can become to collapse.

Oscar confesses  he already began to make some frequent analysis for determining the diabetes risk, and everything seems to be inside the limits until now. “But my trainer doesn’t know it,” Oscar says. One of the reasons he preferred to ignore this medical fact before his trainer is Oscar thinks his trainer will not know how to process this information, and because his trainer could comment it undiscretionally to not-related people.

The issue is that Oscar would have to warn this information to his trainer, first because of his safety, for the training adapts as it collaborates with the prevention of the diabetes (as his case would be), and the second is if Oscar could suffer any type of related problem, his trainer could not have a plaintiff. However, this is not an excuse.

A Data Policy
Independently from the size and the budget of the gym, having a file with key information of every pupil is necessary: full name, address, contact phone numbers (especially in urgency cases), height, weight, age, and current routine.

If the gym can invest an extra money in documenting information, it could include key clinical data as blood group, supplement the pupil could be taking, if there is any pre-existent health condition, and the record of the suggested routine and diet. Some applications allow to manage this information.

This information is a warrant for the pupil, the trainer, and the gym as well, as much as it is taken as true, and it is taken as a guide for the best training routine or diet to determinelike the most adequate for every person. And let’s remember they must be absolutely customized due to the processes of every organism are quite different each other.

Then, if the gym, the trainer, or the pupil decide to ignore this context by their own side, a simple investigation based on those files will make easier to identify responsible people.

Finally, the trainers who are not managing top-profile athletes should consider that if a pupil warns about a pre-existent health condition, whether it is true or false, what is saying is not an exhausting training is looked for, so the trainer must consider the fact as true, and adapting the exigency to the frame that supposedly has been specified or described. In this case, it is worthy to act slowly despite strongly.

And regarding the Oscar’s claim about an alleged undiscrete conduct of his trainer, he should notice it to the gym’s administration for the corrections to be taken. But every gym must have a clear confidentiality disclaimer that has to be explicit on the document every pupil signs up.

Yes. It could seem too many things to include, but we are talking about human lives, not objects. If you are not clear about this detail, you have no clear what the nature of the physical culture is.


¿Le digo a mi instructor que tengo una condición preexistente de salud?


Óscar tiene 33 años y entrena regularmente en el gimnasio, aunque dejándolo por periodos debido a su carga de trabajo; sin embargo, se ha aficionado al cardio –el spinning en especial- y rara vez hizo pesas y máquinas.

Sin embargo, tras su último receso, ha regresado y su instructor lo ha enviado a entrenar directamente máquinas y pesas sin considerar primero el ligero sobrepeso que tenía. A un mes y medio de reiniciarse en su entrenamiento, Óscar siente que no puede llegar a completar toda la rutina, se cansa muy rápido, y, aunque se lo ha comunicado a su instructor, a éste parece no importarle y le repite que ya se acostumbrará.

La familia de Óscar tiene historial de diabetes, una condición de salud que consiste en el aumento de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. Sabemos por nuestra experiencia entrenando, que la glucosa nos proporciona energía que vamos a emplear durante nuestras rutinas y nuestra vida diaria, y usualmente es regulada por la hormona llamada insulina. Pues bien, una persona con diabetes no es capaz de producir insulina para crear esta reacción, así que si los niveles de glucosa no son controlados, la persona puede llegar a colapsar.

Óscar confiesa que ya comenzó a hacerse análisis frecuentes para determinar el riesgo de diabetes, y hasta ahora todo parece encontrarse dentro de los límites, “pero mi instructor no lo sabe”. Dice el alumno que una de las razones por las que ha preferido obviar este dato médico ante su instructor es porque cree que éste no sabrá cómo procesar la información y porque podría luego estarla comentando indiscretamente ante gente que no corresponde.

El caso es que Óscar sí tendría que advertir esta información a su instructor, primero por su seguridad, para que el entrenamiento se adapte de tal modo que colabore con la prevención de la diabetes (como sería su caso), y lo segundo es que si Óscar sufriera algún tipo de problema asociado, su instructor no podría ser procesado legalmente. sin embargo, ésta no es una disculpa.

Una política de datos
Independientemente del tamaño y el presupuesto del gimnasio, tener un fichero con información clave de cada alumno o alumna es necesario: nombre completo, dirección, teléfonos de contacto (especialmente en caso de urgencias), talla, peso, edad y rutina actual.

Si el gimnasio puede invertir un extra en documentar información, podría incluir datos clínicos clave como grupo sanguíneo, suplemento que estuviera tomando, si existe alguna condición de salud preexistente, y un historial de la rutina y hasta la dieta que se le hubiera sugerido. Los aplicativos de Ofimática permiten administrar esta información.

Esta información es una garantía tanto para el alumno o la alumna, el instructor y el gimnasio, en la medida en que sea verdadera y sea tomada como una guía para determinar qué rutina o qué dieta de entrenamiento son las más adecuadas para cada persona. Y recordemos que éstas deben ser absolutamente personalizadas debido a que los procesos de cada organismo son diferentes entre sí. Entonces, si el gimnasio, el instructor o el alumno deciden unilateralmente obviar este contexto, una investigación simple basada en estos documentos hará más sencillo identificar responsables.

Por último, los instructores que no están manejando a atletas de alto rendimiento, deberían pensar en que si un alumno o una alumna le advierte sobre una condición de salud preexistente, sea cierto o falso, lo que le está diciendo es que no busca un entrenamiento exhaustivo, así que debe dar el dato como cierto, y adaptar la exigencia al cuadro que supuestamente le es indicado o descrito. En este caso, sí vale la pena que peque por defecto a que peque por exceso.

Y sobre la queja de Óscar respecto a una presunta conducta indiscreta de su instructor, debería advertirlo a la gerencia del establecimiento para que tome los correctivos; pero cada gimnasio debe tener clara una directiva de confidencialidad que se indique en el documento mediante el que se matricula el alumnado.

Sí, parecen demasiadas cosas que incluir, pero estamos hablando de vidas humanas, no de objetos. Si no se tiene claro este detalle, no se tiene clara la verdadera naturaleza de la cultura física.