lunes, 22 de abril de 2019

¿Deberías practicarte un masaje?



Jorge ha terminado su rutina de entrenamiento por hoy. Le ha tocado piernas y las sentadillas concentraron gran parte de su tiempo. Mientras se enfría un poco antes de tomar una ducha, nota que hay cierto hincón en la parte posterior de su cintura, en la zona lumbar para ser más preciso. Y aparentemente no es la primera vez.


Se lo comenta a su instructor quien hace un examen rápido y nota que el músculo está evidentemente resentido. “Deberías examinarte con un especialista, aunque el dolor podrías tratártelo con un masajista”, le aconseja. Mientras Jorge camina hacia las duchas del gimnasio, su instructor repasa otros casos similares. Pareciera que los dolores de cintura fueran una dolencia común entre sus alumnos. Quizás no esté lejos de la verdad.


Varios instructores con quienes hemos conversado  coinciden en este tipo de lesión, la de la zona lumbar, y en algunos casos le agregan la de rodillas, independientemente de si se trata de un entrenamiento de potencia o resistencia o los combinados como el entrenamiento funcional. Las causas podrían ser una mala postura, un movimiento mal ejecutado, o el exceso de peso en los entrenamientos de potencia. Quizás ése sea el caso de Jorge. ¿Pero qué hay sobre el consejo de practicarse un masaje? ¿Funcionaría?


Jonatan Chero es un masajista en la ciudad de Castilla, Piura, y tiene una respuesta clara al respecto: “Sí, dependiendo del caso”. Cuando uno entrena, especialmente con fuerza, tiende a romper las fibras musculares a niveles microscópicos. En compensación, el cuerpo segrega ácido láctico y repara las microlesiones; y si se han consumido proteínas, éstas pasan a ser parte del nuevo tejido. Ése es, de modo resumido, el principio de la reparación muscular y la construcción de nuevas fibras musculares.


¿Pero cómo ayuda un masaje? Puede ser muy eficaz para calmar los efectos del ejercicio intenso ya que tiene la capacidad de reducir los espasmos musculares, aliviar el dolor
muscular y acelerar el proceso de recuperación. “Remueve los líquidos que se acumulan y causan la inflamación, ayuda a la circulación y fomenta la reparación de la fibra muscular”, añade Chero, quien advierte que no siempre funciona en todos los casos.


“Hay que ver el grado de lesión que tenga el paciente”, aclara. “Cuando es muy severo, no es recomendable”; esto es, cuando hay demasiadas fibras rotas. “Eso se puede verificar por el nivel de la hinchazón y sobre todo por el dolor y capacidad de movimiento que tiene el paciente”.


Chero también descarta el prejuicio de que un masaje permita incrementar la masa muscular; solo es una terapia muy puntual que, en todo caso, reduce la fatiga muscular, lo que significa un menor tiempo de recuperación entre rutinas de entrenamiento que favorece un mejor desempeño durante ellas.


¿Cuándo aplicarte un masaje?
Para fisicoculturistas y atletas en general, el masaje  es una práctica tan usual como la rutina de entrenamiento, la alimentación o el descanso, y son dos los momentos en que se debe considerar su aplicación: de modo preventivo apenas termine la sesión de entrenamiento; de modo terapéutico cuando exista una lesión evidente.


en el primer caso, haz tu rutina de entrenamiento como acostumbras. Una vez finalizada, enfríate por unos cinco a diez minutos, ve a tomar una ducha que te refresque y relaje, y apenas estés seco, ponte en manos del masajista. Usualmente una sesión dura entre 15 a 20 minutos, aunque es relativo de acuerdo con tus necesidades. En el procedimiento preventivo la clave es no dejar pasar el tiempo, sino hacer una actividad después de la otra.


El procedimiento terapéutico sí tiene otro manejo de los tiempos. “Nunca es bueno hacer un masaje apenas se evidencie la lesión”, advierte Jonatan Chero. “Lo mejor es dejar pasar unas cuantas horas; por ejemplo, si te lesionas por la noche, acude la mañana siguiente; si es por la mañana, ve por la tarde; si es por la tarde, practícate el masaje por la noche”. En este caso específico, lo mejor es que antes del masaje te revise un especialista, como un médico traumatólogo o similar, y proceder solo si te lo prescribe.


Finalmente, Jonatan Chero comparte con nosotros algunos consejos clave respecto a las sesiones de masaje que pueden serte útiles.


Antes del masaje:
  • Preferentemente programa tu cita para cuando estés completamente libre, quizás al final de tu día, o no te acumules muchas actividades sucesivas por un par de horas.
  • Mentalízate en que será bueno para ti.
  • Acude después de bañarte meticulosamente.
  • Apaga tu celular o ponlo en silencio. Evita que la tecnología te distraiga.



Durante el masaje:
  • Relájate, respira profundo. Desconéctate de tus problemas.
  • Confía en el terapista, siempre que su experiencia esté comprobada.
  • Déjate envolver por las sensaciones que te produce la experiencia: es parte de la terapia.



Después del masaje:
  • Date un tiempo para descansar profundamente.
  • Evita el episodio que te produzca tensión o lesión.



Como siempre, cuéntanos tu experiencia dando o recibiendo masajes a nuestro correo electrónico chulucanasgym@gmail.com, o a nuestra cuenta de Twitter, o deja un comentario a continuación.


Jorge Ramírez ha sido el modelo de este artículo. Fotos distribuídas por FACTORTIERRA.NET

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