viernes, 12 de abril de 2019

Entrenamiento al aire libre



Mucho antes de que existieran los gimnasios clásicos, los predecesores helénicos de los establecimientos actuales, la forma cómo las personas se ponían en forma era a la intemperie. Si bien es cierto la cultura griega clásica fue la que más plasmó esas actividades a través de su arte, existe evidencia de que todas las culturas del mundo antiguo destinaban sesiones de entrenamiento orientados principalmente a los ejercicios de guerra, todos hechos a campo abierto.


Conforme ha pasado el tiempo, la concepción del entrenamiento físico se ha ido encerrando en los gimnasios como los conocemos hace más de tres mil años y solo algunas actividades puntuales se han dejado para entrenarse al aire libre, especialmente las que se refieren a adaptarse al relieve natural, como el deporte de aventura. Sin embargo, el afán de buscar un mayor contacto con la Naturaleza está motivando a que la gente dependa menos de los espacios cerrados y redescubra las ventajas de hacerlo sin depender del límite de unas cuatro paredes y un techo.


En la medida en que la calidad ambiental esté garantizada, uno de esos principales beneficios es oxigenarse con aire puro o mayormente puro. Otra de esas ventajas es una mejora mucho más evidente del estado de ánimo respecto a los espacios cerrados, siempre que el paisaje esté cuidado o si éste aún conserva su configuración natural inicial. Por eso, varios activistas del entrenamiento al aire libre, entre ellos nuestro compañeroRonald Benites, han exigido a las autoridades que se destinenn más espacios verdes dentro de las ciudades y se conserven las áreas como los bosques, playas, humedales, o cualquier espacio donde la acción humana haya creado poco o ningún impacto.


Sobre esta base, la posibilidad de actividades de entrenamiento al aire libre es muy amplia, desde la calistenia hasta deportes de mayor exigencia física. Tú elige el que más te guste porque cualquiera vendrá bien. El tema es que te pongas en actividad, y para ello tenemos algunos consejos que podrán serte de mucha utilidad.





1. Verifica las condiciones del tiempo
No hay peor chasco que fijar un día para iniciar tus jornadas de entrenamiento y justo cae una lluvia fuerte. No es que el cielo te esté enviando algún tipo de mensaje; es que olvidaste revisar las condiciones del tiempo para la zona donde vas a entrenar. Entonces, la solución es tan simple como consultar el pronóstico mediante la estación de radio o televisión, o periódico de tu preferencia. Recuerda también que ahora existen servicios con alto nivel de precisión que te permiten no solo conocer el pronóstico del tiempo sino verificarlo en tiempo real, y que puedes tenerlo como una aplicación en tu teléfono inteligente, incluso.


2. Protégete de la radiación solar
Incluso en días nublados, recuerda que pasar largo tiempo a la intemperie significa estar expuesto a los rayos ultravioleta tipo B (UVB), que a diferencia de sus hermanos, los tipo A (UVA), pueden causar quemaduras y hasta cáncer de piel o cataratas en los ojos (cuya protección veremos en el siguiente punto); por lo tanto, usa un bloqueador que te permita aislarlos mientras estás allá afuera. Recuerda que el consenso médico es usar aquéllos con factor de protección solar (FPS) 40 o superior; sin embargo, consulta a tu médico o dermatólogo de confianza cuál es el más adecuado para tu tipo de piel. Recuerda también que el sudor remueve el bloqueador, así que es necesario que te lo repases según se indica, por lo general cada una a dos horas.


3. Elige la ropa adecuada
Una cosa es entrenar en espacios cerrados, donde hasta puedes entrenar desnudo, pero otra muy distinta es hacerlo al aire libre donde tienes que enfrentarte a diferentes elementos como los rayos solares, el viento, la temperatura, la humedad y hasta los insectos. Busca y usa la ropa que te garantice dos cosas al mismo tiempo: protección contra esos elementos y flexibilidad para poder hacer tus movimientos de forma libre y natural. También elige un calzado que te permita un buen agarre al suelo (o a donde tengas que posar tus pies) y que te resulte fácil de manejar. Si entrenas durante el día, usa una gorra o sombrero según la circunstancia y protege tus ojos con lentes especiales que filtren los rayos UVB y que no salgan volando al primer movimiento brusco. Asesórate con tu entrenador, en una tienda deportiva seria y con otras personas que también entrenan al aire libre.


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4. Nunca olvides el botiqquín médico
Si no te lo aconsejamos antes es porque suponemos que tu gimnasio tiene uno a mano, pero cuando no estás en una instalación de ese tipo, o si peor aún estás por tu cuenta, y tienes alguna eventualidad como un golpe o cualquier tipo de accidente, ¿quién y cómo te auxilia? Es por ello que vale la pena invertir en un botiquín que contenga banditas autoadhesivas (curitas o tiritas), alcohol en gel, yodo, algodón, gasa, esparadrapo, alguna crema contra picaduras, y hasta tu bloqueador. No sería mala idea que tu botiquín tenga una tarjeta con tu nombre y tus teléfonos en caso de emergencia. Uno nunca sabe. Ah, y nunca está de más tener conocimientos en primeros auxilios.


5. Procura la presencia de un monitor especializado
Cuanta mayor es la dificultad y el riesgo de la actividad física que practicas, lo ideal sería que esté supervisada y guiada por una persona que esté pendiente de ti en forma constante, y que sepa cómo actuar si ocurriera cualquier tipo de eventualidad. Si entrenas en grupo, sería bueno que uno de los integrantes sea alguien que tiene mayor experiencia para que haga las veces de ese monitor. Recuerda que una cosa es el gimnasio, donde estás a solo unos pasos de distancia, pero otra muy distinta es allá afuera donde podrías estar incluso a un par de horas de distancia. Así que escucha atentamente a tu monitor y sigue sus recomendaciones al pie de la letra: la idea es que regreses a entrenar, no que vayas una sola vez y te veas forzado a no regresar por largo tiempo o no regresar jamás.


6. Hidrátate
Sí, es obvio, pero es necesario recordarlo por la misma razón de los consejos anteriores. Si estás en el gimnasio, basta que vayas al dispensador o compres una botella con agua; pero allá afuera, especialmente si estás alejado de concentraciones urbanas, lo mejor es que vayas bien provisto de agua suficiente para irte hidratando antes, durante y especialmente después de tu sesión de entrenamiento. Igual si acostumbras tomar bebidas rehidratantes, las que solo debes consumir después de tu sesión de entrenamiento para reponer sales y carbohidratos, no antes. Encuentra másinformación al respecto aquí.





7. Deja el espacio limpio
No importa si eres la única persona que entrena ahí, y con mucha mayor razón si se trata de un espacio colectivo, evita dejar basura aunque no sea tuya, especialmente si ésta pudiera hacerle daño a otras personas. Entrenar al aire libre implica un gran compromiso con el medio ambiente, así que la higiene sería una actitud lógica y consistente. En consecuencia, no contaminar (de ninguna manera) y educar para que otros no lo hagan mediante tu ejemplo será otra de tus responsabilidades.


8. Crea una comunidad
Aunque algunos preferirán aislarse del resto físicamente para entrenar mejor, nuestra sugerencia es que trates de conectarte con otras personas que como tú practican cierto deporte o disciplina al aire libre alrededor de tu región, tu país o alrededor del mundo para intercambiar experiencias, alertarse por cualquier motivo, o hasta incluso ver la posibilidad de visitarse mutuamente para compartir la experiencia promoviendo una especie de turismo deportivo. Las redes sociales son los vehículos que, en la actualidad, permiten cumplir con este objetivo de forma eficaz y eficiente. Úsalas con responsabilidad.


9. Comparte tu experiencia
Si eres de quien piensa que tus familiares, amigos o conocidos merecen compartir la misma satisfacción que tú tienes cuando entrenas al aire libre, trata de escribir algo y ponerlo en tus redes sociales donde narres cómo la pasaste, describas el lugar y animes a las personas a que vayan contigo o por su cuenta. Si lo deseas, comparte tu experiencia con nuestro equipo mediante nuestra cuenta de Twitter, escribiendo a chulucanasgym@gmail.com o dejando algún mensaje aquí abajo. ¡Nos encantará leerte!


Las fotografías aquí mostradas han sido proporcionadas (de arriba a abajo) por César Campos, Ronald Benites, Pedro Changanaquí y Félix Oviedo.

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