jueves, 4 de abril de 2019

¿Le digo a mi instructor que tengo una condición preexistente de salud?


Óscar tiene 33 años y entrena regularmente en el gimnasio, aunque dejándolo por periodos debido a su carga de trabajo; sin embargo, se ha aficionado al cardio –el spinning en especial- y rara vez hizo pesas y máquinas.

Sin embargo, tras su último receso, ha regresado y su instructor lo ha enviado a entrenar directamente máquinas y pesas sin considerar primero el ligero sobrepeso que tenía. A un mes y medio de reiniciarse en su entrenamiento, Óscar siente que no puede llegar a completar toda la rutina, se cansa muy rápido, y, aunque se lo ha comunicado a su instructor, a éste parece no importarle y le repite que ya se acostumbrará.

La familia de Óscar tiene historial de diabetes, una condición de salud que consiste en el aumento de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. Sabemos por nuestra experiencia entrenando, que la glucosa nos proporciona energía que vamos a emplear durante nuestras rutinas y nuestra vida diaria, y usualmente es regulada por la hormona llamada insulina. Pues bien, una persona con diabetes no es capaz de producir insulina para crear esta reacción, así que si los niveles de glucosa no son controlados, la persona puede llegar a colapsar.

Óscar confiesa que ya comenzó a hacerse análisis frecuentes para determinar el riesgo de diabetes, y hasta ahora todo parece encontrarse dentro de los límites, “pero mi instructor no lo sabe”. Dice el alumno que una de las razones por las que ha preferido obviar este dato médico ante su instructor es porque cree que éste no sabrá cómo procesar la información y porque podría luego estarla comentando indiscretamente ante gente que no corresponde.

El caso es que Óscar sí tendría que advertir esta información a su instructor, primero por su seguridad, para que el entrenamiento se adapte de tal modo que colabore con la prevención de la diabetes (como sería su caso), y lo segundo es que si Óscar sufriera algún tipo de problema asociado, su instructor no podría ser procesado legalmente. sin embargo, ésta no es una disculpa.

Una política de datos
Independientemente del tamaño y el presupuesto del gimnasio, tener un fichero con información clave de cada alumno o alumna es necesario: nombre completo, dirección, teléfonos de contacto (especialmente en caso de urgencias), talla, peso, edad y rutina actual.

Si el gimnasio puede invertir un extra en documentar información, podría incluir datos clínicos clave como grupo sanguíneo, suplemento que estuviera tomando, si existe alguna condición de salud preexistente, y un historial de la rutina y hasta la dieta que se le hubiera sugerido. Los aplicativos de Ofimática permiten administrar esta información.

Esta información es una garantía tanto para el alumno o la alumna, el instructor y el gimnasio, en la medida en que sea verdadera y sea tomada como una guía para determinar qué rutina o qué dieta de entrenamiento son las más adecuadas para cada persona. Y recordemos que éstas deben ser absolutamente personalizadas debido a que los procesos de cada organismo son diferentes entre sí. Entonces, si el gimnasio, el instructor o el alumno deciden unilateralmente obviar este contexto, una investigación simple basada en estos documentos hará más sencillo identificar responsables.

Por último, los instructores que no están manejando a atletas de alto rendimiento, deberían pensar en que si un alumno o una alumna le advierte sobre una condición de salud preexistente, sea cierto o falso, lo que le está diciendo es que no busca un entrenamiento exhaustivo, así que debe dar el dato como cierto, y adaptar la exigencia al cuadro que supuestamente le es indicado o descrito. En este caso, sí vale la pena que peque por defecto a que peque por exceso.

Y sobre la queja de Óscar respecto a una presunta conducta indiscreta de su instructor, debería advertirlo a la gerencia del establecimiento para que tome los correctivos; pero cada gimnasio debe tener clara una directiva de confidencialidad que se indique en el documento mediante el que se matricula el alumnado.

Sí, parecen demasiadas cosas que incluir, pero estamos hablando de vidas humanas, no de objetos. Si no se tiene claro este detalle, no se tiene clara la verdadera naturaleza de la cultura física.

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