lunes, 16 de mayo de 2016

La danza de la vida


Por Martín Saavedra Bereche

En Xpression Dance Studio, en la ciudad de Sullana, vimos la secuencia de la danza en la que  nuestros alumnos y nuestras alumnas abrazan su interior a través del movimiento, comunicando a través de los espejos sus emociones y sus temores, transformando el momento en una experiencia viva compartida en grupo. 
                                                                                      Foto por Martín Saavedra.



Hoy en día niños, niñas  y jóvenes llevan una vida llena de ocupaciones, que es el reflejo de la vida de adultos y adultas, y lo asombroso es que nos parece inevitable que un niño tenga las mismas horas laborables que un adulto. Hay un grado de estrés muy importante en ellos y ellas.
A menudo se dice que son niños, niñas o jóvenes con hiperactividad o con déficit de atención; pero también podríamos decir que son personas con estrés, y algunos llegan a tener ataques de ansiedad o agresividad por el ritmo que llevan.

La Biodanza es especialmente indicada para ellos y ellas porque, a través de la música, del movimiento y del grupo, se generan determinadas vivencias que influyen positivamente en su crecimiento físico, emocional y mental puesto que su estructura está  de acuerdo con un modelo científico.
En él encontramos que nuestro potencial humano se desarrolla en cinco grandes líneas de vivencia: la vitalidad, la sexualidad, la creatividad, la afectividad y la trascendencia. Estas cinco líneas abarcan la totalidad de nuestra vida, y su desarrollo y expresión nos indican nuestro grado de salud e integración.

En Biodanza se crea un espacio para dar a la persona las oportunidades de poder practicar y desarrollarse de forma equilibrada, pudiendo desenvolver su seguridad personal y un mayor autoestima. También le resulta mucho más fácil la relación con el resto desde la solidaridad y el respeto puesto que está organizada según un modelo teórico y estructurada a través de un conjunto de ejercicios en los cuales el movimiento, la música y las situaciones de encuentro generan oportunidades para la evolución, aportando condiciones para que cada persona encuentre formas más saludables de vivir, que incorporen la salud, el placer, la alegría, la creatividad en todas sus expresiones, la afectividad, el autoestima, el contacto y la comunicación.

En sí la biodanza no consiste sólo en bailar sino en activar, mediante ciertas danzas, potenciales afectivos y de comunicación que conecten al ser humano consigo mismo, con el otro, la otra y con el entorno.
No se trata de una mera reformulación de valores sino que es una verdadera transferencia cultural; es un aprendizaje que permite una modificación esencial para el ser humano y además busca que las personas accedan a nuevas formas de vida.

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Post-producido por Sheyla Benavente.

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