Mientras
el mundo miraba con esperanza la vacunación como una forma de disminuir el
impacto por la pandemia de la Covid-19, el laureado tenista serbio Novak
Djokovic decidió
no inmunizarse. Como él, hay varias personas que consideran las vacunas como elementos perniciosos a la
salud humana aunque la evidencia médica ha probado su efectividad para prevenir
o reducir los síntomas de diversas condiciones de salud hace más de dos siglos.
La
negativa de Djokovic a vacunarse le costó no jugar el abierto de Australia en
enero de 2022. Éste es uno de los cuatro torneos de la Asociación de Tenis
Profesional (ATP) que permiten sumar puntos para elaborar el ranking mundial
del que el tenista es uno de los líderes. Las autoridades políticas de esa
nación ordenaron impedir la entrada de cualquier persona que no estuviese completamente
vacunada como medida sanitaria para evitar nuevos brotes.
Pero el
rechazo de Djokovic no fue lo único que le jugó en contra. Antes de intentar su
ingreso a Australia, se reveló que había dado positivo a la infección y que
estando infectado dio una entrevista a un medio en Francia, y encima posó para
unas fotos sin usar mascarilla, una de las barreras preventivas contra el
virus. Finalmente, una corte expulsó al tenista de la nación de los canguros y
los koalas, y legalmente fue impedido de ingresar por otros tres años más.
Francia,
el siguiente destino del ATP, también lanzó una prohibición para que cualquier
deportista no vacunado ingrese. Lo mismo pasó con Estados Unidos, otro lugar
donde el torneo se juega. Serbia, la patria de Djokovic, ha protestado alegando
una conspiración mundial contra su campeón y lo ha llamado ‘símbolo de la
libertad’ por mantener su negativa a vacunarse.
Aunque
por regla general los organismos de cualquier atleta tienen una mejor respuesta
inmune debido al entrenamiento y el estilo de vida en general, esto no
significa que sean fisiológicamente invulnerables ante cualquier enfermedad. De
hecho, es probable que el propio cuidado reduzca la agresividad de los síntomas
rrespecto a una persona que no entrena o no tiene un estilo de vida saludable,
pero eso no quiere decir que puedan evadir a estos males, más aún si su propia
actividad o estilo de vida los expone a situaciones de riesgo.
Por otro
lado, sea cual fuere la disciplina que cualquier atleta practique, hay reglas
que ordenan cada procedimiento, cada forma de ganar e incluso cada sanción una
vez probada cualquier falta. Y todo atleta sabe que debe someterse a ellas para que su
participación se dé en igualdad de condiciones respecto a otros contrincantes.
Y cuando
se trata de salir del propio país para concursar en otro, todo atleta sabe que
una vez se deja el territorio nacional, por encima de las reglas deportivas
están las reglas de cada país, y lo que corresponde es someterse a ellas. Si no
se está de acuerdo, se puede desistir, a menos que el país dé un tratamiento
especial a cada caso y permita el acceso. Pero mientras esa prerrogativa no se
use, el piso es plano para todo el mundo.
Y por
encima de las reglas, todo atleta, conforme su imagen crece, se convierte en un
referente para cientos, miles o millones de seguidores; por lo tanto, lo que
haga o deje de hacer, aunque no lo quiera, influye. Entonces, parte de su
responsabilidad consiste en medir y cuidar el impacto de su conducta. Esto no
quiere decir que viva obsesionado por las sanciones sino que viva convencido de
que es la forma correcta de actuar.
No es
mejor deportista quien recibe más privilegios sino quien se gana el reconocimiento
de todo el mundo en base a humildad, constancia y actitud positiva. Obviamente,
Djokovic no es el único caso de este tipo sino el que generó más controversia a
nivel global en los últimos tiempos. Sin embargo, la lección aplica a los casos
previos, los otros actuales y los que podrían surgir de aquí en adelante.
Éste es un buen tema para conversarlo con el entrenador, con otros atletas y, por qué no, con la comunidad en general. Es más, te planteamos dialogarlo y debatirlo en la caja de comentarios bajo estas líneas, o en nuestras cuentas de Facebook y Twitter. También puedes escribir a chulucanasgym@gmail.com
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