miércoles, 26 de octubre de 2016
La alimentación, enfoque de poco interés para el humano
martes, 25 de enero de 2022
Las reglas también son iguales para los atletas
Mientras
el mundo miraba con esperanza la vacunación como una forma de disminuir el
impacto por la pandemia de la Covid-19, el laureado tenista serbio Novak
Djokovic decidió
no inmunizarse. Como él, hay varias personas que consideran las vacunas como elementos perniciosos a la
salud humana aunque la evidencia médica ha probado su efectividad para prevenir
o reducir los síntomas de diversas condiciones de salud hace más de dos siglos.
La
negativa de Djokovic a vacunarse le costó no jugar el abierto de Australia en
enero de 2022. Éste es uno de los cuatro torneos de la Asociación de Tenis
Profesional (ATP) que permiten sumar puntos para elaborar el ranking mundial
del que el tenista es uno de los líderes. Las autoridades políticas de esa
nación ordenaron impedir la entrada de cualquier persona que no estuviese completamente
vacunada como medida sanitaria para evitar nuevos brotes.
Pero el
rechazo de Djokovic no fue lo único que le jugó en contra. Antes de intentar su
ingreso a Australia, se reveló que había dado positivo a la infección y que
estando infectado dio una entrevista a un medio en Francia, y encima posó para
unas fotos sin usar mascarilla, una de las barreras preventivas contra el
virus. Finalmente, una corte expulsó al tenista de la nación de los canguros y
los koalas, y legalmente fue impedido de ingresar por otros tres años más.
Francia,
el siguiente destino del ATP, también lanzó una prohibición para que cualquier
deportista no vacunado ingrese. Lo mismo pasó con Estados Unidos, otro lugar
donde el torneo se juega. Serbia, la patria de Djokovic, ha protestado alegando
una conspiración mundial contra su campeón y lo ha llamado ‘símbolo de la
libertad’ por mantener su negativa a vacunarse.
Aunque
por regla general los organismos de cualquier atleta tienen una mejor respuesta
inmune debido al entrenamiento y el estilo de vida en general, esto no
significa que sean fisiológicamente invulnerables ante cualquier enfermedad. De
hecho, es probable que el propio cuidado reduzca la agresividad de los síntomas
rrespecto a una persona que no entrena o no tiene un estilo de vida saludable,
pero eso no quiere decir que puedan evadir a estos males, más aún si su propia
actividad o estilo de vida los expone a situaciones de riesgo.
Por otro
lado, sea cual fuere la disciplina que cualquier atleta practique, hay reglas
que ordenan cada procedimiento, cada forma de ganar e incluso cada sanción una
vez probada cualquier falta. Y todo atleta sabe que debe someterse a ellas para que su
participación se dé en igualdad de condiciones respecto a otros contrincantes.
Y cuando
se trata de salir del propio país para concursar en otro, todo atleta sabe que
una vez se deja el territorio nacional, por encima de las reglas deportivas
están las reglas de cada país, y lo que corresponde es someterse a ellas. Si no
se está de acuerdo, se puede desistir, a menos que el país dé un tratamiento
especial a cada caso y permita el acceso. Pero mientras esa prerrogativa no se
use, el piso es plano para todo el mundo.
Y por
encima de las reglas, todo atleta, conforme su imagen crece, se convierte en un
referente para cientos, miles o millones de seguidores; por lo tanto, lo que
haga o deje de hacer, aunque no lo quiera, influye. Entonces, parte de su
responsabilidad consiste en medir y cuidar el impacto de su conducta. Esto no
quiere decir que viva obsesionado por las sanciones sino que viva convencido de
que es la forma correcta de actuar.
No es
mejor deportista quien recibe más privilegios sino quien se gana el reconocimiento
de todo el mundo en base a humildad, constancia y actitud positiva. Obviamente,
Djokovic no es el único caso de este tipo sino el que generó más controversia a
nivel global en los últimos tiempos. Sin embargo, la lección aplica a los casos
previos, los otros actuales y los que podrían surgir de aquí en adelante.
Éste es un buen tema para conversarlo con el entrenador, con otros atletas y, por qué no, con la comunidad en general. Es más, te planteamos dialogarlo y debatirlo en la caja de comentarios bajo estas líneas, o en nuestras cuentas de Facebook y Twitter. También puedes escribir a chulucanasgym@gmail.com
sábado, 17 de diciembre de 2022
Ahora es tiempo de ponerte metas
Ya lograste enganchar al entrenamiento y todo indica que no quieres dejarlo… ¿qué viene luego?
¿Los grandes del fisicoculturismo y el fitness comenzaron siendo grandes? Definitivamente no. Aunque no hay una regla general, lo más probable es que hayan comenzado como curiosos, que posteriormente se hayan aficionado al ver los primeros resultados y eso les haya entusiasmado para ir escalando más y más.
Quizás algunos de ellos decidieron ir un nivel superior,
y comenzaron a competir profesionalmente consiguiendo títulos locales, luego
nacionales, luego internacionales. En este punto, es importante decir que tales
logros no fueron fruto del azar sino de un planeamiento estratégico, cuyos
pasos se fueron cumpliendo minuciosamente. A eso se llama establecer y lograr metas.
Si
acabas de entrar al entrenamiento, quizás no lo veas tan claro; si ya llevas
algún tiempo, lo podrías considerar como posibilidad. Pero si sientes que ya
has llegado a un tope, es probable que todo comience a volverse rutinario, sin
mayor expectativa. Y si llegas a aburrirte, lo más probable es que termines
abandonando.
Necesitas una estrategia
La mejor
manera de evitar una deserción en el corto o mediano plazo es ponerte metas o
puntos de llegada progresivos y lógicos a lo largo del tiempo que no solo
signifiquen desarrollo físico sino que sostengan la
sensación de bienestar que ya has conseguido en un primer momento.
Si
tenemos un punto de llegada, por lógica tenemos un punto de partida, y ese es
tu estado actual: cuáles son las medidas actuales de tu cuerpo, cuál es la
dieta que sigues, cuál es tu estilo de vida ahora; incluso, tu estado
de salud. En fin, información de base
sobre la que se pueda construir un plan. El requisito es que estos datos sean
lo más honestos como te sea posible.
A partir
de esta información de base, comienza el proceso de establecer metas
progresivas a corto plazo, mediano plazo y largo plazo. Si tienes la
experiencia suficiente entrenando, tómate todo el tiempo necesario para pensar y
escribir este plan. Si no tienes esa experiencia, siéntate a solas con tu entrenador y comiencen a ponerlo
todo en blanco y negro. Si no tienes confianza con tu entrenador, más
adelante te dejamos nuestros contactos.
Pero no
basta con establecer metas. Para llegar a ellas tienes que tener un conjunto de
acciones secuenciales que te acerquen cada vez más: la estrategia de
entrenamiento. ¿Qué rutina harás el primer mes, qué rutina harás al
siguiente mes, y al siguiente, y así hasta que llegues a tu meta en un tiempo
determinado.
Y
alrededor de la rutina para ejercitarte, cuál dieta debes seguir, qué cosas
debes ajustar en tu estilo de vida y qué indicadores de salud debes tener
presentes. Suena aburrido, pero cuando uno comienza a conocer mejor su cuerpo,
esto se convierte en una tarea fascinante. Míralo de esa forma.
Cuando
llegues a tu primera meta, analiza qué te funcionó y qué no, qué debes
fortalecer y qué debes corregir, vuelve a tomarte medidas, revisar dieta,
verificar tu estilo de vida, monitorizar tu estado de salud. Si todo ello da
resultados positivos, prémiate y comienza a trabajar por la siguiente meta. Si
no lo consigues, sigue luchando y no te rindas.
Más acciones prácticas
Aunque
el entrenador, si lo tuvieras, es la persona preparada para orientarte en el
proceso, te aconsejamos que tengas también un apoyo físico y emocional que te
permita conversar, motivarte, no rendirte. Puede ser un compañero de entrenamiento,
tu mejor amigo, un familiar… alguien a quien puedas recurrir siempre.
Sobre
este punto, como siempre insistimos, no es recomendable seguir la estrategia de
otra persona y aplicarla como si fuese la tuya porque dos organismos, incluso
siendo de la misma parentela, no reaccionan igual.
Siempre
haz el ejercicio de mirarte al espejo a solas y apreciar esos pequeños o
grandes cambios que vas experimentando y a asumirlos como tus logros. Tú mismo
ya nos contarás qué se siente cuando pasas por esa experiencia. Más adelante
te dejaremos las formas de contactarnos.
Y,
finalmente, siempre habrán días en que estamos altamente entusiasmados y otros
en los que no tendremos ganas de hacer nada. Con los primeros no hay tanto
problema; con los segundos, precisamente el reto consiste en sobreponerte al
desánimo y comenzar el entrenamiento. Si te dejas vencer por él, aunque sea un
milímetro, poco a poco irá ganando terreno y te irá derrotando. Y, recuerda, ya
te enganchaste; ahora es tiempo de ir por más.
Puedes
enviarnos tus consultas o comentarnos tus logros e inquietudes escribiéndonos a
nuestra cuenta de Twitter o a nuestro correo
electrónico: chulucanasgym@gmail.com
Las fotografías presentadas en esta historia han sido tomadas de la cuenta del fisicoculturista César Quispe en Facebook.
lunes, 13 de mayo de 2019
Así puedes controlar si tu cuerpo mejora o no
- Hombros: Toma como referencia la parte donde se vea más pronunciado y coloca allí el inicio de la cinta; entonces, pásala por debajo de tus dos clavículas hasta llegar a la parte más pronunciada de tu otro hombro. Desde aquí, haz que la cinta recorra la parte superior de tu espalda hasta encontrarse con el punto donde inicia la cinta. Para que tengas una idea si has tomado correctamente la medida, si eres varón y mides 170 centímetros o 5 pies 7 pulgadas de estatura, tu contorno de hombros debería estar entre los 118 y los 120 centímetros, o 46,5 pulgadas y 47,1 pulgadas; sin embargo, esta medida es relativa según tu edad, contextura y metas deportivas.
- Pecho: Seas varón o seas mujer, toma como referencia la parte donde esté más pronunciado (probablemente los pezones, en ambos casos) y rodéate con la cinta incluyendo tus omóplatos. Para las mujeres, tomarse esta medida será sencillo pues corresponde a la misma que el contorno de busto, muy requerida en costura o los concursos de belleza. Si eres un varón de 170 centímetros o 5,7 pies de estatura, tu contorno de pecho podría estar entre los 106 y los 108 centímetros, o 41,2 y 42,5 pulgadas, pero te recordamos que las medidas son relativas, como lo aclaramos en el punto anterior.
- Brazos y antebrazos: Los bíceps y tríceps te permiten saber cómo andas de brazos, así que tendrás que rodearlos al mismo tiempo con la cinta métrica y tomar la lectura. Si eres un varón de 170 centímetros o 5,7 pies de estatura, puede que tus brazos crezcan hasta 38 o 39 centímetros, o 15 o 15,4 pulgadas de contorno. Para el caso de los antebrazos, toma como referencia su parte más pronunciada y rodéalos con la cinta, aunque esta medida se usa muy poco.
- Cintura: En los varones se toma como referencia un punto a 3 centímetros o 1,2 pulgadas debajo del ombligo, y en las mujeres la zona donde se hace más estrecha, , por lo general 2 centímetros o 0,8 pulgadas arriba del ombligo. Entonces te rodeas con la cinta incluyendo la espalda baja en el caso de los varones y la espalda media en caso de las mujeres. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los varones no deberían tener más de 95 centímetros o 37,4 pulgadas de contorno de cintura y las mujeres no más de 65 centímetros o 25,6 pulgadas, aunque no tanto por un criterio de belleza sino para prevenir varias condiciones causadas por el sobrepeso y la obesidad.
- Abdomen: En el caso de las mujeres, es la misma que se toma para la cintura en los varones. Básicamente busca saber cuán plana está tu panza, en términos matemáticos, obviamente.
- Cadera: Tanto en varones como mujeres, se toma como referencia la parte más prominente de tus glúteos y se rodean ambos lados donde se pronuncia más el hueso de la pelvis, pasando por tu pubis. Si eres un varón (y, además de las sentadillas, tu genética te ayuda), puede que llegues a tener hasta 102 centímetros o 40,2 pulgadas de contorno si mides 170 centímetros o 5,7 pies de estatura.
- Muslo: es la sección de tu pierna que comienza en tu pelvis y acaba en tu rodilla. Busca su parte más ancha y rodéatela con la cinta métrica para medirla. ¡Ojo! Se toma un solo muslo por medida, nunca los dos al mismo tiempo. Si eres varón con 170 centímetros o 5,7 pies de estatura, tu muslo puede tener entre 59 a 60 centímetros, 23,2 a 23,6 pulgadas cuando menos, aunque va a depender de tu tipo de entrenamiento. Lo que sí está claro es que por cada 3 centímetros o 1,2 pulgadas de muslo que tengas, tu brazo no puede superar los 2 centímetros o 0,8 pulgadas.
- Pantorrilla: Es la parte de tu pierna que está entre tu rodilla y tu talón. Busca su parte más prominente y rodéate allí con la cinta métrica. Igual que con el muslo, nunca se miden ambas pantorrillas al mismo tiempo sino una a la vez. Si eres un varón de 170 centímetros o 5,7 pies de estatura, tu pantorrilla puede tener entre 37 a 38 centímetros, o 14,6 a 15 pulgadas cuando menos. Sí, cuando menos.
- Índice de masa corporal (IMC): Básicamente nos da una idea más exacta de si estás en tu peso ideal, o si estás en sobrepeso u obesidad. Se calcula dividiendo tu peso en kilogramos entre tu estatura elevada al cuadrado. Supongamos que eres un varón de 170 centímetros (1,7 metros o 5,7 pies) y pesas 70 kilogramos (154,3 libras), tu IMC será 24,2. Está dentro de lo saludable; si excediera de 30, podríamos estar hablando de obesidad.
- Porcentaje de grasa corporal (BFP): es una medida mucho más especializada que, como dice su nombre, busca saber si hay un balance saludable entre la grasa corporal que necesitas para tus funciones vitales y la que almacenas para realizar tus funciones –digamos- electivas, como entrenar. Aquí no basta la matemática sino que se deben usar procedimientos y aparatos especiales que nos den una lectura. Se obtiene multiplicando la cantidad de tu grasa por la cantidad de tu masa corporal y todo eso dividido entre 100. Las mujeres siempre tendrán un BFP mayor que los varones puesto que se reserva grasa para funciones reproductivas. Sobre porcentajes, se considera que los atletas van entre el 10% y el 15% dependiendo de la actividad física que desarrollen. Un instructor profesional te educará cómo controlar tu BFP para optimizar mejor tu entrenamiento, aunque también lo combinará con dieta y mejoras en tu estilo de vida. De hecho, es probable que le preste mayor atención.
lunes, 9 de noviembre de 2020
domingo, 4 de diciembre de 2022
¿Qué es realmente un gymbro?
entre la admiración, la curiosidad o la incomprensión, aquí te orientamos sobre lo bueno o lo malo de serlo.
Si eres una de esas personas que se pasa todos sus ratos libres entrenando o permaneciendo en el gimnasio, si estás al día con los suplementos, si pagas puntualmente tu membresía, si estás vigilando al milímetro lo que comes(lo que incluye cuánto, cómo, cuándo y por qué), si te has vuelto experto en descifrar las tablas de datos nutricionales… en fin, si tu vida personal y social gira en torno al gimnasio, quizás seas un gymbro (del inglés gym brother o hermano del gimnasio).
Por
extensión, al menos en Perú, se denominan gymbros a esos compañeros de entrenamiento con quienes se comparte
el mismo exacto estilo de vida en el mismo exacto lugar, al punto que la
relación iniciada en el gimnasio puede trascender a otras esferas de tu vida.
“Por lo
general, los gymbros comienzan compartiendo la misma máquina, y pronto
cuadran toda su vida para entrenar el mismo grupo muscular, usar el mismo
suplemento, y hasta llegar al punto que si uno se cambia de gimnasio, el otro
lo sigue”, nos cuenta un entrenador.
Cuándo sí, cuándo no
Los gymbros
pueden transformarse en verdaderas comunidades, las gymfrats (del inglés
gym fraternity o fraternidad de gimnasio). Para la gente que no
pertenece al mundo del fitness, esto les puede causar curiosidad y hasta
motivo de burla (hay muchos memes al respecto), pero para varios entrenadores
profesionales, toparse con gymbros es cosa seria porque pueden ser
capaces de mover clientela a favor o en contra, dependiendo de la
experiencia que tengan en el gimnasio.
“Todos
quienes ahora somos entrenadores en algún momento comenzamos siendo gymbros”,
nos agregan.
También
hay quienes utilizan el término para enmascarar una relación romántica o sexual
que se inició en las salas del gimnasio. En principio, no es malo enamorarte de
tu gymbro, pero sería bueno no usarlo como eufemismo para evitar decir compañero
sentimental o pareja sexual, especialmente si vas a una consulta
médica por algún problemita de salud íntima: los médicos no son tontos, aunque tú creas que sí.
Beneficios y perjuicios
¿Es
bueno o malo ser un gymbro, fitness freak (loco del fitness)
o gymrat (rata de gimnasio)? Como solemos decir aquí, depende de
la situación.
- Positivo: Tu tiempo está mejor organizado
tanto que tu calidad de vida mejora notablemente respecto del promedio.
- Negativo: Llegas al punto en que
estás en el gimnasio por el puro gusto de estar allí, creyendo que no serás
feliz en alguna otra parte.
- Positivo: Tu otro gymbro se
convierte en tu principal motivador para nunca abandonar el entrenamiento, tanto
que las metodologías tipo sparring les funcionan de maravillas.
- Negativo: Ir al gimnasio depende
de que tu gymbro vaya; si no va, no vas. En otras palabras, anulas tu
proactividad.
- Positivo: No eres fácilmente
seducible por la publicidad cuando se trata de presentarte algún producto nuevo.
- Negativo: La euforia te invade y
te conviertes en comprador compulsivo de cuánto suplemento, aparato, prenda, método o ‘receta milagrosa’ se anuncie.
- Positivo: Tu gymfrat no
solo está en las buenas; también está en las malas, y especialmente en las
peores.
- Negativo: Creer que tu gymfrat
es todo el círculo social al que puedes aspirar.
- Positivo: Tu gymbro siempre
te animará a conquistar un nuevo logro.
- Negativo: Tu gymbro usa su
influencia para inducirte conductas opuestas al deporte.
A tener en cuenta…
Dicho
esto, ser un gymbro no tiene nada de malo siempre que sepas tenerlo a
raya en el gimnasio, o si de pronto se convierte en un gran apoyo físico y
apoyo emocional; pero si comienza a invadir tus otras dimensiones, preocúpate.
Quizás necesites ayuda profesional para ver qué te está pasando.
Finalmente,
no confundir un gymbro con un gympro, que es la persona que
entrena a conciencia en un gimnasio porque vive de su cuerpo, ya sea para una
competición o porque tiene una carrera en la que el físico es clave (modelos, artistas, agentes de
seguridad, rescatistas). De hecho, un gympro sabe que debe darle la
dedicación necesaria al entrenamiento, pero también es consciente que debe
guardar un equilibrio físico,mental o
social.
¿te gustaría compartirnos tu historia como un gymbro? Cuéntanos en nuestra cuenta de Twitter o en chulucanasgym@gmail.com. A lo mejor vale la pena publicarse.
viernes, 5 de noviembre de 2021
Importancia de la mentoría y el legado en el fisicoculturismo
El fisicoculturismo se ha mantenido vivo como tal desde que se comenzó a difundir y promover en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y en los Estados Unidos a inicios del siglo XX, y desde ambos centros sociales y culturales hacia todo el mundo. En la actualidad, es muy raro el rincón del planeta donde no se practique, especialmente si hablamos de naciones con una alta vocación deportiva como Brasil, aquí en América Latina.
No solo
se ha tratado de abrir más gimnasios. El gimnasio es, en todo caso, el espacio ideal para que
la tradición se mantenga siempre viva;
pero la Historia nos cuenta que desde Lacedemonia, antigua Grecia, en el siglo
XVIIII a.C., hasta Esse, actual Alemania, en 1852, y desde ahí a nuestros días,
la importancia de esta institución para el aprendizaje y el desarrollo de la cultura física no ha decaído. Todo lo
contrario.
Consideremos
esta primera idea: no es la instalación lo que hace perdurable al
fisicoculturismo. Los primeros gimnasios eran grandes terrenos al aire
libre delimitados con muros, donde los
atletas entrenaban completamente desnudos; hoy, aunque la idea podría sonar muy exótica
de rescatar, lo que ttenemos son edificios que conservan el mismo concepto de
aquellos grandes terrenos pero bajo techo (la mayor parte) y con las
comodidades de la arquitectura moderna.
Obviamente,
la mayoría ya no entrenamos desnudos sino que incluso a la hora de nuestra rutina, inevitablemente
terminamos sucumbiendo al mercadeo de las grandes marcas deportivas. Recordemos
que también podemos entrenar al aire libre y podríamos conseguir el
mismo efecto si lo hacemos correctamente.
Entonces,
una segunda idea que deberíamos considerar es que el gimnasio, antes que el
espacio físico, se trata de una institución con 38 siglos de existencia, y en
tanto creación humana, es sin duda la presencia de personas que entrenan e
inspiran a otras para seguir entrenando y consiguiendo nuevas metas.
¿Cuánto influye nuestro ejemplo en la motivación que nuevos fisicoculturistas y atletas tienen para iniciar sus propias carreras deportivas, o al menos un estilo de vida saludable? La verdad que influye mucho, si no, piensa en quién o quiénes te inspiraron a ti para asistir aquel primer día y continuar persistiendo hasta lograr tus primeros resultados y luego tus logros actuales.
Esos
modelos que nos inspiran, los conozcamos en persona o no, en pedagogía se les
llama mentores, las personas que forman en nuestras cabezas aquello que
deseamos o queremos ser. Tenemos mentores para todas las cosas: nuestra
profesión, nuestra forma de vestir, nuestros ccriterios para elegir pareja o
amistades, en fin… piensa en tu vida actual y entenderás que alguien te inspiró
a ser quien eres y hay alguien que te está inspirando a ser alguien más.
es
probable que no nos propongamos ser mentor de nadie, y estamos en nuestro
derecho, pero igual somos un ejemplo y alguien se va a ver en nosotros para
seguir entrenando, o dejar de hacerlo. Y a medida que avancen los años, ese a
quien hemos inspirado va a inspirar a otra nueva generación, y así
sucesivamente.
Pero si
eres consciente de cuánto tu ejemplo puede influir en la vida de otra persona o
de otras personas y deseas tomar control de la situación, sí sería bueno que
tengas en mente un plan o metodología que le permita a quien o a quienes
inspiras que aprendan el fisicoculturismo de modo progresivo y secuencial, que
lo aprecien de manera positiva, y que valoren sus primeros logros como una
creación propia que pueden ir mejorando.
De este
modo, vas construyendo un legado o herencia de conocimientos y actitudes
en torno al fisicoculturismo, cuyo propósito debe ser la mejora de las formas
de entrenamiento, el incremento de la calidad de vida, la
autovaloración afirmativa y positiva, y el anhelo de que quienes vienen detrás
evolucionen la cultura física para su beneficio y el de quienes vendrán tras
ellos. En este sentido, la mentoría y el legado harán del fisicoculturismo una
actividad sostenible en tiempo y espacio.
No eres un sustituto
Esto
implica que te eduques, que te prepares para que cuando ese nuevo
fisicoculturista o atleta se te acerque, tengas respuestas verdaderas, precisas
e inspiradoras. No es que te vas a convertir en su entrenador físico, pero podrías complementar
favorablemente el trabajo de estos profesionales de tal forma que esa persona
tenga ganas de regresar a ejercitarse al día siguiente, y la semana siguiente,
y el mes siguiente, y el año siguiente.
Sería
interesante si esas estrategias de mentoría y legado se coordinan precisamente
con el entrenador físico para que haya unidad en los mensajes y en la calidad
de los ejemplos. Además, esto, más allá de cuánto peso levantas, puede
convertirse en una oportunidad natural para forjar relaciones sociales
constructivas que formen una comunidad con la que siempre se pueda contar.
Prepárate
y cuéntanos tu experiencia, o intercambiemos consejos: conversemos en nuestras
cuentas de Facebook o Twitter o también en nuestro correo, chulucanasgym@gmail.com
A continuación te enlazamos a la experiencia que se está
desarrollando en Callao, Perú.
El modelo presentado en esta entrada es José Escobar.