El fisicoculturismo se ha mantenido vivo como tal desde que se comenzó a difundir y promover en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y en los Estados Unidos a inicios del siglo XX, y desde ambos centros sociales y culturales hacia todo el mundo. En la actualidad, es muy raro el rincón del planeta donde no se practique, especialmente si hablamos de naciones con una alta vocación deportiva como Brasil, aquí en América Latina.
No solo
se ha tratado de abrir más gimnasios. El gimnasio es, en todo caso, el espacio ideal para que
la tradición se mantenga siempre viva;
pero la Historia nos cuenta que desde Lacedemonia, antigua Grecia, en el siglo
XVIIII a.C., hasta Esse, actual Alemania, en 1852, y desde ahí a nuestros días,
la importancia de esta institución para el aprendizaje y el desarrollo de la cultura física no ha decaído. Todo lo
contrario.
Consideremos
esta primera idea: no es la instalación lo que hace perdurable al
fisicoculturismo. Los primeros gimnasios eran grandes terrenos al aire
libre delimitados con muros, donde los
atletas entrenaban completamente desnudos; hoy, aunque la idea podría sonar muy exótica
de rescatar, lo que ttenemos son edificios que conservan el mismo concepto de
aquellos grandes terrenos pero bajo techo (la mayor parte) y con las
comodidades de la arquitectura moderna.
Obviamente,
la mayoría ya no entrenamos desnudos sino que incluso a la hora de nuestra rutina, inevitablemente
terminamos sucumbiendo al mercadeo de las grandes marcas deportivas. Recordemos
que también podemos entrenar al aire libre y podríamos conseguir el
mismo efecto si lo hacemos correctamente.
Entonces,
una segunda idea que deberíamos considerar es que el gimnasio, antes que el
espacio físico, se trata de una institución con 38 siglos de existencia, y en
tanto creación humana, es sin duda la presencia de personas que entrenan e
inspiran a otras para seguir entrenando y consiguiendo nuevas metas.
¿Cuánto influye nuestro ejemplo en la motivación que nuevos fisicoculturistas y atletas tienen para iniciar sus propias carreras deportivas, o al menos un estilo de vida saludable? La verdad que influye mucho, si no, piensa en quién o quiénes te inspiraron a ti para asistir aquel primer día y continuar persistiendo hasta lograr tus primeros resultados y luego tus logros actuales.
Esos
modelos que nos inspiran, los conozcamos en persona o no, en pedagogía se les
llama mentores, las personas que forman en nuestras cabezas aquello que
deseamos o queremos ser. Tenemos mentores para todas las cosas: nuestra
profesión, nuestra forma de vestir, nuestros ccriterios para elegir pareja o
amistades, en fin… piensa en tu vida actual y entenderás que alguien te inspiró
a ser quien eres y hay alguien que te está inspirando a ser alguien más.
es
probable que no nos propongamos ser mentor de nadie, y estamos en nuestro
derecho, pero igual somos un ejemplo y alguien se va a ver en nosotros para
seguir entrenando, o dejar de hacerlo. Y a medida que avancen los años, ese a
quien hemos inspirado va a inspirar a otra nueva generación, y así
sucesivamente.
Pero si
eres consciente de cuánto tu ejemplo puede influir en la vida de otra persona o
de otras personas y deseas tomar control de la situación, sí sería bueno que
tengas en mente un plan o metodología que le permita a quien o a quienes
inspiras que aprendan el fisicoculturismo de modo progresivo y secuencial, que
lo aprecien de manera positiva, y que valoren sus primeros logros como una
creación propia que pueden ir mejorando.
De este
modo, vas construyendo un legado o herencia de conocimientos y actitudes
en torno al fisicoculturismo, cuyo propósito debe ser la mejora de las formas
de entrenamiento, el incremento de la calidad de vida, la
autovaloración afirmativa y positiva, y el anhelo de que quienes vienen detrás
evolucionen la cultura física para su beneficio y el de quienes vendrán tras
ellos. En este sentido, la mentoría y el legado harán del fisicoculturismo una
actividad sostenible en tiempo y espacio.
No eres un sustituto
Esto
implica que te eduques, que te prepares para que cuando ese nuevo
fisicoculturista o atleta se te acerque, tengas respuestas verdaderas, precisas
e inspiradoras. No es que te vas a convertir en su entrenador físico, pero podrías complementar
favorablemente el trabajo de estos profesionales de tal forma que esa persona
tenga ganas de regresar a ejercitarse al día siguiente, y la semana siguiente,
y el mes siguiente, y el año siguiente.
Sería
interesante si esas estrategias de mentoría y legado se coordinan precisamente
con el entrenador físico para que haya unidad en los mensajes y en la calidad
de los ejemplos. Además, esto, más allá de cuánto peso levantas, puede
convertirse en una oportunidad natural para forjar relaciones sociales
constructivas que formen una comunidad con la que siempre se pueda contar.
Prepárate
y cuéntanos tu experiencia, o intercambiemos consejos: conversemos en nuestras
cuentas de Facebook o Twitter o también en nuestro correo, chulucanasgym@gmail.com
A continuación te enlazamos a la experiencia que se está
desarrollando en Callao, Perú.
El modelo presentado en esta entrada es José Escobar.
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