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martes, 12 de diciembre de 2023

Las siete grandes pruebas de Freddy Pozo

Este atleta revela qué lo hizo sostener una carrera deportiva a pesar de los obstáculos.

 

 

Todas las fotografías del archivo de Freddy Pozo.

 

Freddy Daniel Pozo Guerrero nació en la Ciudad de Piura, Perú, el 7 de octubre de 1982. Cuando todavía estudiaba en el colegio san Miguel de esta ciudad, debutó como atleta en los Juegos escolares de 1994. Por su talento, fue reclutado dentro de los llamados Polos de desarrollo promovidos por entrenadores cubanos.

 







en 1997, clasificó a un torneo a nivel del norte peruano, y ese mismo año logró un cupo para otro de alcance nacional.

 

A partir de 1999, comenzó a entrenar con José Bonilla Cortez. Para el año siguiente,  ganó las maratones de Ciudad de Piura, de Trujillo (ambas en Perú), y de Macará (Ecuador). Sus logros como deportista calificado le permitieron ingreso directo a una universidad en Trujillo, en 2001, donde destacó en las pruebas pedestres de 5K  y 10K, mientras que en pista obtuvo lugares destacados en las pruebas de 800 metros y 1500 metros.

 

Cuando su carrera deportiva iba en ascenso, llegó la primera dificultad. Una lesión lo obligó a detenerlo todo. Le quitaron la beca.

 

Tuvo que regresar a Piura donde ingresó a otra universidad. El cuerpo pareció responderle de nuevo al punto que fue campeón universitario de atletismo entre 2005 y 2007. Uno de sus mayores logros fue ganar en Cuenca (Ecuador) dentro de su categoría: acumuló 71,5 km en 6 horas.

 

A pesar que ese año se colocó como el Mejor Piurano en la Media Maratón de Piura, en 2008 decidió dejar el deporte y concentrarse en sus estudios. Enfrentaba su segunda gran dificultad. Buscó auspicios, pero nadie se los otorgó: “el deporte no es rentable porque tienes que entrenar seis horas diarias”, cuenta, y aparte del tiempo, hay que invertir en alimentación y suplementos. El dinero era lo que faltaba.

 

Esta decisión le acarreó una tercera dificultad. Freddy mide 1 m 66 cm. En 2008 pesaba 56 kg. Frenar de golpe lo hizo aumentar paulatinamente 40 kg.

 

Una cuarta dificultad lo regresó al atletismo aunque no a nivel competitivo. Su madre fue diagnosticada con cáncer, en 2016. Inicialmente ella lo sobrevivió, y parte del tratamiento fue la actividad física. Freddy se convirtió en su entrenador.

 

Junto a su madre vivió una quinta dificultad. Una aparente negligencia médica provocó que ella falleciera en 2019.

 

Freddy se refugió en el deporte. Por las mañanas salía a correr y por las noches iba al gimnasio donde se inició en una disciplina olímpica: el levantamiento de potencia, muy diferente al fisicoculturismo, porque mientras en el primero se busca sostener un peso en el aire la mayor parte del tiempo con la menor cantidad de impulsos, en el segundo básicamente se modelan los músculos.

 







“Mucha gente me recordaba por mi época de deportista,” comenta Freddy.

 

Fue cuando llegó la sexta dificultad. Alguien usó un pesticida para envenenar a un colega suyo. Por alguna razón, Freddy resultó envenenado. Su sistema nervioso central fue atacado provocándole una parálisis temporal que con los años se ha convertido en una fibromialgia, definida por la Clínica Mayo como “dolor y sensibilidad muscular generalizada”.

 

En el caso de Freddy, le quitó flexibilidad. Como las fisioterapias le costaban muy caro, él tuvo que aprender a practicárselas. Hasta abrió un centro especializado, pero lo debió cerrar debido a la pandemia de la Covid-19. He aquí la séptima dificultad.

 

Durante el encierro, estudió balonmano y voleibol, de los que se graduó como técnico. Lo interesante es que nunca en su vida los había practicado. “soy un poco autodidacta”, afirma. “Lo que he aprendido es por mi propia cuenta”.

 

A la fecha, Freddy Pozo entrena a equipos de balonmano en las categorías sub13 y sub17, pesa 75 kg, y cree que el deporte lo ayudó a superar cada dificultad; incluso lo ha rejuvenecido: “El entrenamiento y el estilo de vida me hacen ver como un chico de 27 años”, asegura.

 







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miércoles, 27 de abril de 2016

Entrenamiento Funcional


Una alternativa para ganar resistencia, potencia y todos sus beneficios.




Es común que muchas personas empleen los fines de semana para practicar deporte, pero lo que llama la atención en Chulucanas es un grupo específico de chicos y chicas que no realizan uno en particular sino una forma especial de gimnasia.
Ejercitan partes específicas de su cuerpo replicando movimientos o ejercicios que se harían con máquinas, mancuernas o  usando el peso del mismo cuerpo, de tal manera que puedan responder ante los mismos estímulos en sus entrenamientos convencionales o simplemente añada agilidad a su vida diaria.
Como resultado, van desarrollando potencia y resistencia a la vez: practican entrenamiento funcional.
La disciplina recién está ingresando a Piura, y lo peculiar de Chulucanas es que suele practicarse al aire libre alrededor de la ciudad o dentro de ella. “Alguna vez tuvimos que subir el mirador de la ciudad como parte de la rutina”, cuenta uno de nuestros productores.

En términos deportivos, el entrenamiento funcional es ideal para quienes usualmente practican otros deportes, especialmente aquéllos que demandan mucha resistencia, como el fútbol o el atletismo, gracias a su facultad de individualizar al máximo las rutinas y al provecho que se saca de  tu propio peso corporal (principalmente en la etapa de principiante), bajo la consigna de evitar lesiones.
Claro que esta técnica no es tan nueva que digamos, porque ya había sido promovida por el famoso Charles Atlas mediante los ejercicios isométricos. Lo que no incorporó este mítico deportista es el uso de pesas, barras y el control de tiempos específicos para la ejecución y el descanso.

Conforme vayas ganando tiempo y destreza, la complejidad y exigencia de los movimientos así como el uso de accesorios se irá incrementando; pero en todo momento este tipo de entrenamiento busca hacerse flexible a los requerimientos de quien lo practica, sin que eso signifique volverse ocioso.
Según AlonsoMejía Valladolid, quien monitorea al grupo en Chulucanas, la gente le reporta mayor tono, menos rigidez, mejor respiración. “Mis músculos están más firmes”, asegura.
Otra promesa del entrenamiento funcional es una mejor circulación de la sangre, pero eso se podrá comprobar mediante una consulta en cardiología. De todos modos, se sugiere que antes de iniciarlo, se pase por un chequeo médico para descartar algún problema de fondo.
Por lo demás, casi no hay edad para el entrenamiento funcional. Se recomienda para niños y niñas lo mismo que para adultos y adultas mayores. El truco está en darle a cada quien el nivel de exigencia correcto.

¿Es crossfit?
No debe confundirse con el crossfit o entrenamiento cruzado. Mejor dicho, no se debe ofrecer el entrenamiento funcional como crossfit, porque posee reglas propias y un sistema de licenciamiento muy estricto, bajo supervisión de los dueños de la marca registrada.
Lo que sí es cierto que gran parte del crossfit se basa en el entrenamiento funcional, con la diferencia del grado de dificultad y el hecho de que allí se buscan superar pruebas bien definidas, muchas veces para efectos de competencia. Esto significa que la personalización de las rutinas, la disciplina y la precisión son mayores.

De hecho, en estados Unidos, los cuerpos de policías, bomberos, infantes de marina y atletas de alto rendimiento son quienes principalmente lo practican. La idea debería implantarse en Perú, teniendo en cuenta la queja pública de que efectivos de nuestras fuerzas armadas y policiales parecen no estar en forma.
Además, el uso de accesorios en el crossfit es mucho más frecuente que en el entrenamiento funcional, en el que usarlos es opcional aunque recomendado.
“Los programas de crossfit son casi obligatorios en su ejecución; en el entrenamiento funcional son más adaptables y abiertos, por  así decirlo”, nos explica un instructor.
Lo que sugieren especialistas en ambas disciplinas son grupos reducidos de practicantes. Si se trata de personalizar las rutinas, grupos numerosos harán imposible la supervisión, y el riesgo de lesiones es alto.

Algunas publicaciones, finalmente, sugieren estos requisitos para practicarlas: conciencia y conocimiento de los propios límites, grupos reducidos y con profesionales expertos a cargo de las rutinas, individualización de entrenamientos, aumento de intensidad dependiendo de la destreza lograda en los movimientos  y a partir de resultados, calentamiento previo suficiente y adecuado, excelente técnica en los ejercicios, adaptación previa, disciplina, correcta hidratación, y controles médicos previos para acondicionar el entrenamiento al propio cuerpo.
Cuéntanos tus logros en nuestras redes sociales: Facebook y Twitter.

Post-Producido por Sheyla Benavente.

martes, 7 de marzo de 2023

Cuida tu piel: 6 consejos básicos


Se nos olvida muchas veces, pero quienes practicamos fisicoculturismo y fitness tenemos a la piel como nuestro principal instrumento de trabajo. Aunque los cambios que experimentamos gracias al entrenamiento comienzan desde un nivel tan microscópico como el celular (lo que estimula el desarrollo muscular), el hecho es que los efectos se ven en nuestra figura. ¿Cómo la estamos cuidando?

 

Para quienes crean que esto es un asunto de mujeres, les adelantamos que se equivocan: quizás la piel masculina es la que requiere mayores cuidados por las mismas modificaciones a las que se somete.

 

  1. Conócela a fondo: ¿Grasosa, seca o neutra? Por increíble que parezca, muchos ignoramos qué tipo de piel tenemos. La piel grasosa brilla todo el tiempo, sus poros están tan dilatados que retienen mucha suciedad, suele brotarle acné o espinillas, tiene una textura áspera.  La piel seca tiene una textura fina, pero está tan tensa que llega a agrietarse, su apariencia es opaca, con poros casi invisibles. Considera que el pH (índice de acidez/alcalinidad) ideal para la piel va de 4,7 a 5,75. ¿estás en ese rango? Deberías saberlo. Un dermatólogo puede absolver tus dudas, así que es hora de visitar alguno.
  2. Come sano: Aunque cada cierto tiempo aparece un alimento o producto de moda, lo cierto es que comer balanceado es lo mejor para que tu piel se mantenga saludable; sin embargo, hay alimentos naturales que la optimizan: zanahoria, papa (patata), calabaza, mango, melocotón (durazno), papaya, kiwi, pimientos (chile morrón), frutos rojos, granada, aceite de oliva, frutos secos, berros, lácteos, huevos y pescados azules. ¿Te das cuenta?  Revisa aquí nuestras dietas sugeridas.
  3. Báñate a conciencia: Parece una recomendación obvia, pero muchos creemos que el aseo personal es solo el acto de quedar limpio. No exclusivamente. El momento del baño es perfecto para relajarte y rreencontrarte contigo y tus logros físicos. Agrega que quienes entrenamos, sudamos más que el promedio, así que debemos ser más meticulosos con ese momento tan personal, especialmente si hablamos de comisuras (axilas, entrepierna, entre las nalgas) o zonas con mucho vello donde el sudor puede promover la aparición de bacterias. ¿El mal olor? Precisamente lo provocan esas bacterias. Usa productos adecuados a tu tipo de piel o las condiciones que ésta pueda desarrollar. ¿Recuerdas al dermatólogo? Él también puede orientarte.
  4. Huméctala siempre: Tomar agua o consumir alimentos ricos en ella es una forma práctica y natural de garantizar elasticidad a la piel, además de promover su regeneración a nivel celular. El uso de cremas o productos es una alternativa de uso externo o tópico, pero el gel natural de aloe vera (directo de la sábila) ha demostrado ser una alternativa mucho mejor, especialmente si te sueles someter a depilación mecánica o química.
  5. Maneja el estrés:  ¿Cómo estás lidiando con tu vida diaria? Si tu piel se pone roja, comienza a picarte, te aparece urticaria o acné, podrían ser signos de alerta. Así como te entrenas físicamente, entrénate mentalmente para afrontar los problemas de cada día, uno a la vez y entendiendo que eres más grande que ellos; por lo tanto, puedes aceptar que existen pero que también puedes tenerlos bajo control, y mejor si puedes resolverlos. Meditar, hablar con un amigo de verdad, darte momentos para hacer nada o para dedicarte a alguno de tus pasatiempos van a ayudar mucho, y tu piel va a agradecerlo también.
  6. Disfrútala siempre: Nunca consideres a tu piel como la ropa que te pones sino como un elemento clave de tu identidad. encuentra momentos en el día para conectar con ella y  sentirte bien con ella. Cuando te auto-compensas, tu propia piel lo irradia. No es magia, es bioquímica pura: las hormonas que segregamos naturalmente cuando entrenamos hacen esa parte del trabajo. ¿Otra forma de estimularlas aparte del ejercicio físico? Sí. Sonreír siempre aunque no haya motivo: el buen humor hace maravillas.

 


Si quieres aprender más o si deseas ver tu caso particular, contáctanos a nuestra
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