La abuela tenía razón en todo, menos en este detalle.
No es cosa de juego. La obesidad ha comenzado a pasar facturas muy altas a nuestras comunidades. Sólo en el departamento de Piura, las estadísticas médicas establecen que es la primera causa de males cardíacos (infartos, arterioesclerosis) y diabetes. De hecho, ocupa el segundo lugar de todo el Perú en incidencia de esta condición, que, tratada a destiempo, puede ser mortal.
La dieta y la falta de actividad física son las
causas recurrentes, según especialistas. Las comidas usuales siempre están hechas
a base de arroz, tubérculos y carnes fritas o hervidas con mucho condimento, y
bebidas con demasiado azúcar y colorantes que han reemplazado a los jugos y
refrescos naturales.
Creciendo a los costados
Por otro lado, el nuevo estilo de vida consiste en pasar largas
horas frente al televisor o a la computadora, muchas veces interactuando con
otros pares de forma virtual, pero privándose de espacios y momentos de reunión
física. Este cuadro no es un supuesto.
Los médicos coinciden en que durante la adolescencia,
en lugar de crecer hacia arriba, estamos creciendo hacia los costados. Además,
apuntan que el problema empeora si se ha tenido una mala o deficiente nutrición
durante la niñez, por lo que no se gana suficiente estatura y el cuerpo tiende
a acumular grasa en vez de masa.
El pronóstico médico más optimista es que,
antes de los 40 años, muchas de estas personas ya habrán experimentado su
primer infarto, o, al menos, tendrán problemas del sistema circulatorio. Y el
problema se presenta tanto en comunidades urbanas como rurales.
El plan salvavidas
Sí hay formas de revertir el cuadro, y todo
depende de un compromiso personal fuerte con tu salud. Aquí te presentamos
algunas ideas que te pueden servir.
- Come según tu requerimiento real de energía: No todas las personas tenemos el mismo desgaste, entonces un o
una nutricionista (o especialista en nutriología) puede aconsejarnos lo que
debemos comer, en qué cantidad, a qué hora, por qué y cómo combinarlo de modo
saludable.
- Haz ejercicio: La Organización Mundial de la Salud sugiere
que, como mínimo, 30 minutos al día en casa, en un parque o en un gimnasio, son ideales para mejorar
todas las funciones corporales, incluso la ralentización del envejecimiento
celular.
- Libera tu mente: Desafíate de forma creativa
a desestresarte realizando una actividad que saque a tu cerebro de la rutina,
pero que lo enriquezca.
- Cero vicios: Si no encuentras un norte
(o incluso si lo tienes claro), no recurras al alcohol, el tabaco, las drogas o
algo que te genere daños para el resto de tu vida. Si lo crees conveniente,
visita a un o una especialista en salud mental para recibir orientación.
- Procura despegarte de la tecnología: Sí se puede vivir sin ella. Parece difícil, pero lo que la
publicidad no nos dice es que la dependencia continua de los aparatos
electrónicos nos genera sedentarismo, y, por ende, problemas con
nuestro peso. La otra parte que no nos
dice la publicidad es que se desarrolla una suerte de ‘tecnoadicción’.
- Apréciate: La clave para ser feliz es
quererte por quien eres, no por lo que pareces; pero, eso no significa que te
descuides.
- Prefiere una consulta médica: Si el
cuerpo físico tiene problemas, o no responde como es debido, lo mejor es buscar
a un médico o una médica. Las amistades o los familiares –salvo que tengan un
diploma en Medicina y sean competentes- pueden dar ideas, pero no una opinión
profesional que puede salvar nuestra vida. Sin embargo, siempre busca segundas
y terceras recomendaciones para ir al sitio correcto.
- Investiga y comparte: En Internet hay de todo, y en especial,
información que te abrirá una perspectiva posittiva para cuidar tu salud. Si
accedes a estos contenidos, estúdialos, archívalos, discútelos y compártelos
con tu gente. Quién sabe, el dato que puede mejorar la vida de alguien podría
venir de ti.
El modelo presentado en esta entrada es André Verona y las fotografías
son © Marco Mejía.
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