Qué puedes hacer cuando esas partes de tu cuerpo mejor desarrolladas parecen llamar la atención del resto.
Percy (41) trabaja por turnos en la recepción de una oficina pública. El uniforme le entalla perfecto y más de una persona le ha preguntado si hace ejercicio; Percy responde que sí. Pero, a su juicio, también ha notado que varias personas, independientemente del sexo, se quedan mirándole el trasero.
“El uniforme es
de tela delgada”, relata; “entonces, cuando me pongo de pie, siento que la
gente se queda mirándome las nalgas”. Es cuando lo invade una sensación confusa:
“Por un lado, se siente bien cuando la gente se queda mirando… pero a veces,
sientes como que las miradas quieren desnudarte”.
Entre sus
posibilidades, Percy ha considerado disminuir su masa muscular a base de
ejercicio; esto es, hacer más cardio que potencia, o más aeróbico que
anaeróbico, si lo decimos de otro modo. Eso podría ser una opción; pero, ¿es la
adecuada?
Si tener mucha masa muscular es un riesgo para tu salud física, sí, deberías considerarlo. Pero, ¿y si la razón no está en el plano físico? ¿Qué puedes hacer? Aquí algunos consejos prácticos:
- No olvides
aquéllo que te motivó: Lo
primero que debes recordar es la razón por la que te metiste a entrenar. ¿Sientes la misma convicción que el primer día?
¿Ha aumentado o ha disminuido? Si ese entusiasmo se mantiene intacto o se ha
incrementado, valdría la pena que te lo recuerdes todos los días al levantarte.
Pero, si hubiera decrecido, siéntate a hablar a solas con tu entrenador para revisar qué está pasando y definir qué hacer
en adelante.
- Usa tu
lenguaje corporal con inteligencia: Asume que la gente va a ver mientras tenga ojos y tú no puedes hacer nada
por evitarlo. Incluso puede opinar al respecto, y tampoco puedes prohibírselo,
siempre que no se convierta en acoso. Sin embargo, si detectas que alguien se queda
viendo esa parte de tu cuerpo que se ha desarrollado más, no actúes
agresivamente. Dirígele una mirada y una sonrisa amigables, como si fuese un
saludo. La persona advertirá que ya te diste cuenta y preferirá mirar hacia
otro lado.
- Si todo eso es
tuyo, ponle orgullo: Para
que nadie te avergüence con tu cuerpo, comienza por no avergonzarte de tu cuerpo tú mismo. Tómate un tiempo a solas para
contemplarlo y reflexionar que esas formas que llaman la atención son fruto de
tu esfuerzo (y quizás tu genética), por lo tanto asúmelos como logros o ventajas competitivas. Cuando aprecias tu
cuerpo de manera positiva, puedes andar con mayor seguridad y
actitud, y eso la gente lo notará de inmediato. Te seguirán viendo, pero ya no
te sentirás abrumado por la forma cómo te
miren.
- No lo hagas si
es por vergüenza: Comprar
ropa ancha solo es una opción si es que eso le da comodidad a tu cuerpo, pero
si lo haces para evadir al problema, te va a incrementar el complejo porque,
aunque cubras bien esa parte que destaca, siempre estarás con la idea de que la
siguen viendo de todas maneras.
- Cambia de
círculo social: Comienza
a hacer amistades que te aprecien por tus talentos más allá de la forma de tu cuerpo, o de esa parte de tu cuerpo que destaca
e incomoda. O, que te aprecien como un conjunto y que te ayuden a convertir lo
incómodo en algo natural. Por supuesto, eso demandará que esas amistades tengan
mucha apertura de criterio, sin contar la suficiente madurez psicológica; pero
considera que si te relacionas con gente que siempre te está repitiendo lo
mismo y en el mismo tono, tarde o temprano creerás que ess la única forma de
ver al mundo… y a tu cuerpo. Salir de las zonas cómodas es lo que caracteriza a
un ganador.
¿te sirven estos consejos? ¿Tienes otras inquietudes? Escríbenos a nuestra cuenta de Twitter o a nuestro correo electrónico: chulucanasgym@gmail.com
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